La reciente DANA que azotó Valencia y otras regiones ha provocado un efecto dominó en el sector de automoción, intensificando la crisis de suministro de componentes que ya afectaba a varias empresas. Tras la paralización de la fábrica de Ford en Almussafes, la planta de Volkswagen en Navarra también ha anunciado la suspensión de tres turnos de producción, programados para el lunes, debido a la escasez de suministros esenciales provenientes de proveedores valencianos afectados por las inundaciones.
Las lluvias torrenciales e inundaciones en Valencia han afectado a varios proveedores de piezas críticas para la producción automotriz, principalmente aquellos ubicados en polígonos industriales vulnerables. La falta de componentes clave, como paneles electrónicos y sistemas de cableado, está causando disrupciones en la cadena de suministro de importantes marcas del sector. Los retrasos en la producción, además, afectan no solo a la planta de Almussafes, que depende de proveedores locales, sino también a otras plantas fuera de la región, como la de Volkswagen en Navarra, que utiliza componentes valencianos.
Extensión de los parones
La planta de Ford de Almussafes quedó paralizada la tarde del martes a la vista de las dimensiones de las riadas. Cientos de trabajadores permanecieron durante la noche en la factoría para evitar problemas en sus desplazamientos a los domicilios. La actividad continúa suspendida al entrar esta semana en el parón planificado con el ERTE para ajustar la producción. La previsió es que reanude la producción la próxima semana, aunqeu dependerá del suministro de los proveedores afectados por las inundaciones.
Este escenario pone en evidencia la vulnerabilidad de la cadena de suministro automotriz en situaciones de emergencia climática. La interrupción en la producción podría traducirse en una reducción temporal de la oferta de vehículos y mayores costos operativos. La industria automotriz ya estaba lidiando con la falta de microchips y otras materias primas desde la pandemia, por lo que estos paros inesperados generan un impacto adicional, exacerbando los problemas de inventario y disponibilidad en el mercado.
Las compañías están trabajando para gestionar el impacto de las pérdidas temporales en la producción y garantizar la entrega de los vehículos ya comprometidos a sus clientes. Sin embargo, si las inundaciones persisten o los proveedores no logran reanudar sus actividades a corto plazo, es probable que los efectos se extiendan en las próximas semanas y puedan tener repercusiones tanto en el ámbito laboral como en el abastecimiento de vehículos en el mercado español y europeo.