A pocos meses de que el grueso de extrabajadores de Nissan en Barcelona agoten sus prestaciones de desempleo, sindicatos, administraciones y el Hub encargado de la reindustrialización han acordado ofrecerles contratos de formación para garantizar que no se queden sin ingresos.
El Hub de electromovilidad, liderado por QEV Technologies y BTech, ganó junto al grupo inmobiliario Goodman el concurso de gestión de los terrenos que ocupaba Nissan en la Zona Franca, donde planea ensamblar diferentes tipos de vehículos eléctricos: furgonetas de reparto de última milla bajo la enseña Zeroid y una 'pick up' de la marca Ebro.
La demora en la resolución del concurso y las dificultades de financiación han dilatado la puesta en marcha del proyecto industrial, lo que impacta de pleno en el proceso de contratación de los exempleados de Nissan.
Casi dos años en paro
Los trabajadores llevan consumiendo el paro desde que la automovilística nipona cerrara sus plantas el 31 de diciembre de 2021, con lo que la prestación se agotará a finales de este 2023. "La reindustrialización se ha dilatado en exceso. Poner en marcha una factoría de este nivel como la que planea el hub no es fácil", ha reconocido, en declaraciones a EFE, el secretario general de SIGEN-SIR USOC, Miguel Ruiz, que admite que hay nerviosismo entre los trabajadores.
De momento, el centro de operaciones ha contratado a poco más de un centenar de estos trabajadores y espera llegar a los 300 a final de año. El compromiso vinculado a la reindustrialización es realizar una oferta de ocupación para alrededor de 1.300 exempleados de Nissan.
Ruiz explica que "todavía no tienen carga productiva para asumir un volumen tan alto de contrataciones. Ahora mismo han entrado a trabajar básicamente técnicos y encargados de mantenimiento", a la espera de que, con el aumento de la carga productiva, se incrementen también las contrataciones.
Evitar la pérdida de ingresos
En el caso del fabricante de motocicletas eléctricas Silence, unos 95 extrabajadores ya se han incorporado a su proyecto en la Zona Franca, un número que todavía debe crecer hasta los 110 a los que se comprometió la compañía.
Ante esta situación, la fórmula que sindicatos, administraciones y el "hub" han encontrado para proteger a los trabajadores es realizar contratos de formación, compatibles con el paro, lo que les garantizaría unos ingresos mínimos cuando éste se agote a la espera de que vaya arrancando la producción de vehículos, según fuentes sindicales.
Así, ya se ha acordado lanzar un primer paquete de estos contratos, que empezarían en octubre, para 324 personas, mientras que se está trabajando en un segundo, que abarcaría hasta las 630 que han aceptado voluntariamente dar este paso. Esta iniciativa permite a los trabajadores garantizarse una prestación (aún pendiente de cuantificar) que abona el "hub", y que, a cambio, se beneficia de determinadas ayudas públicas.
El Hub se compromete también a ofrecer después un contrato ordinario a los trabajadores en formación a partir del 1 de enero de 2024, aunque éste se podría demorar en función de las necesidades de producción en la Zona Franca.
Retraso de la reindustrialización
"Si esta reindustrialización se define por alguna cosa es por la solidaridad mostrada por todos: la empresa que pone el dinero, la administración que colabora (la Generalitat, a través del SOC -el servicio público de empleo-) y los trabajadores que están dispuestos a rebajar sus pretensiones iniciales mientras se forman", ha apuntado el dirigente sindical.
Además de estos 630 trabajadores, hay un número indeterminado de empleados que se han recolocado en otras empresas y esperarán a dar el salto a que avance el proyecto del Hub. El expediente de regulación de empleo (ERE) de Nissan, uno de los más importantes en el ámbito industrial efectuado hasta entonces, dejó sin trabajo a 2.525 empleados, de los que 1.100 accedieron a prejubilaciones y algo menos de 1.400 esperaban la recolocación, aunque algunos encontraron otras salidas y renunciaron.
De los 500.000 metros cuadrados de la Zona Franca, el Hub utilizará unos 300.000 mientras que Goodman explotará directamente unos 100.000 para actividades logísticas. El resto lo ocupará el centro técnico de Nissan y la fábrica de vehículos biplaza de Silence.
QEV Technologies empezará a cotizar en la Bolsa de Ámsterdam después de cerrar formalmente a final de septiembre el acuerdo con Spears Investments I, el vehículo de inversión que cede una plaza en el mercado. Con esta operación , QEV logra una amplación de capital de 23 millones de euros a los que quiere sumar nuevas inversiones más adelante. La salida a bolsa a través de la fusión con Spear tiene como objetivo conseguir los fondos privados que se le exigen a QEV para poder disponer de su parte de los 65 millones en ayudas públicas otorgados en el PERTE 1. Esos fondos llevan bloqueados en la banca más de medio año a la espera de que QEV y su aliado Btech en el Hub de descarbonización presenten la inversión privada a la que se habían comprometido para recibir la subvención.
Además, el pasado mes de junio, el consejero delegado de la marca Ebro, Pedro Calef, situó como fecha de inicio de la producción de la "pick up" a finales de 2024. Además,