La cuenta atrás para el cierre de las tres fábricas de Nissan en Barcelona está a punto de entrar en los últimos 12 meses, y lo va a hacer con un nuevo conflicto laboral. La tensión entre la dirección de la compañía en España y los sindicatos, que estuvo al rojo vivo durante la negociación del ERE que acabó con un acuerdo en agosto, ha vuelto de nuevo ante a intención de la empresa de acelerar la producción.
El acuerdo firmado entre el comité de empresa y la dirección de Nissan Motor Ibérica encabezada por Frank Torres establecía el aplazamiento del cierre de las fábricas hasta final de 2021, aunque también preveía salidas de trabajadores de la compañía en los meses previos ante el previsible excedente de plantilla. Pero la situación, de momento, ha cambiado después de varios meses en los que la producción no conseguía despegar por la ausencia de los 500 empleados que fueron despedidos del proveedor logístico Acciona Facility Services.
Rechazo al trabajo en sábado
Finalmente, la producción de la fábrica de Nissan de Barcelona se ha ido incrementando gracias a la entrada de unos 120 empleados externos y a la recolocación de personal de la propia empresa para asumir las tareas logísticas de preparación de los componentes para la línea de montaje. En noviembre, la planta de Nissan fabricó 1.124 unidades de la 'pick up' Navara, a las que se suma la producción de la furgoneta eléctrica e-NV200.
La dirección de Nissan ha planteado al comité la necesidad de activar el mecanismo interno de flexibilidad para convocar turnos de trabajo adicionales en sábados para dar salida a algunos pedidos que corren prisa, según explican fuentes sindicales. "Desde el Comité de Empresa no podemos permitir la realización de sábados productivos en una empresa que nos va a dejar en la calle en apenas un año, con la amenaza de un posible descenso en producciones que pueda dejar precipitadamente sin trabajo a compañeros antes de finalizar ese año previsto y ante un futuro incierto sin una reindustrialización concreta", indican los sindicatos en una nota enviada a los 3.000 empleados de la firma.
Ante la negativa del comité a la activación del trabajo en sábados, la empresa ha decidido tentar a los trabajadores ofreciéndoles la realización de horas extras de forma voluntaria para cubrir esos turnos urgentes. Este intento de la empresa de saltarse el comité ha reactivado el conflicto laboral al pedir los sindicatos a la plantilla el boicot a las horas extras.
Desconfianza del plan de producción
"Los trabajadores de Nissan no tenemos un futuro asegurado, no tenemos la concreción de que nos van a mantener en nuestro puesto de trabajo hasta el último día, no tenemos definida una reindustrialización para cuando Nissan deje de producir en nuestras fábricas", advierte el comité.
La multinacional ha presentado al comité un plan de producción que cubre todo el año 2021, tal como establece el acuerdo de cierre y del ERE para despedir a 2.525 empleados. Sin embargo, los sindicatos desconfían debido a los incumplimientos y al contexto de repliegue industrial. "La historia de Nissan nos dice que no podemos confiar en una dirección que siempre se ha 'equivocado' en sus previsiones", lamenta el comité.
