La transición ecológica de la movilidad y la automoción presenta riesgos, pero también oportunidades. El aumento en la producción de vehículos eléctricos, que requieren menos horas de trabajo, junto con otras tendencias de fondo provocarán un recorte de 29.000 puestos de trabajo hasta 2030 en el conjunto de los fabricantes de vehículos y componentes en España, aunque serán necesarios más empleos en nuevas actividades, según un estudio presentado por la Asociación Empresarial de la Movilidad Eléctrica (Aedive).
El punto de partida de esa disminución de 29.000 empleos en la industria de automoción es el nivel que tenía en 2019, cuando alcanzó la cifra de 344.000 trabajadores en España. Por tanto, la pérdida de empleos sería del 8,4%. Sin embargo, los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social muestran una pérdida de 10.000 empleos en 2021 respecto a 2020 como consecuencia del impacto de la nueva amenaza del racionamiento de microchips para las fábricas.
El estudio 'Transición hacia el vehículo eléctrico. Observatorio del empleo: Estudio y análisis de la evolución del empleo en el ecosistema de la movilidad eléctrica en España', elaborado por Boston Consulting Group y presentado por Aedive prevé un trasvase de puestos de trabajo, que contribuirá a compensar los efectos negativos de tendencias como son la pérdida de volumen de producción, de la productividad y, sobre todo, de la deslocalización.
Recualificación de empleados
Las nuevas actividades en expansión del desarrollo de la infraestructura de recarga, la producción y ensamblaje de baterías y otros servicios ligados a esta transición generará nuevos empleos que obligarán a recualificar a unos 165.000 profesionales de la automoción. Una de las claves para generar esos nuevos empleos será la puesta en marcha de unan cadena de valor completa en la producción de baterías en España, que puede dar lugar a 8.000 puesto de trabajo. El reciclaje de las baterías tendría un potencial para incrementar los empleos en este nuevo sector en un 20%.
Además, el despliegue de la infraestructura de puntos de carga de vehículos eléctricos permitiría crear 17.000 empleos al margen de la fabricación de este material a cargo de varias empresas instaladas en el país.
"Se impulsará la transición de empleos hacia sectores como la energía y la infraestructura de recarga, que tendrán una gran necesidad de mano de obra en los próximos años", ha destacado en la presentación del informe el responsable de Energía, Bienes Industriales, Operaciones y Personas y Organización de Boston Consulting Group, Marc Schmidt.
Mejora de productividad
En el terreno de los riesgos para la industria de automoción también se encuentra el volumen de mercado, que se espera que deje la producción en unos 2,4 millones de unidades al año hasta 2030, lo que supone una disminución total de la producción de 16,3% en 11 años y la pérdida de 21.000 puestos de trabajo.
La evolución tecnológica supondrá un aumento de 2.000 puestos de trabajo, pero la digitalización y la automatización permitirán una mejora de la productividad de un 0,4% por año que amenaza 4.000 trabajadores, especialmente los de una cualificación más baja.
En 2020, alrededor del 92% de los vehículos producidos en España estaba equipado exclusivamente con un motor de combustión. Esta proporción caerá al 2% en 2030. Para ese año, el volumen de vehículos eléctricos de batería y de vehículos híbridos enchufables será de alrededor del 68%. El 30% restante corresponderá a vehículos eléctricos híbridos.
