La moda de los tododocaminos y los todoterrenos urbanos no sólo se nota en los concesionarios y las calles. También ha echado raíces en las fábricas españolas, que ya tienen asignados cinco modelos nuevos. El último SUV en llegar ha sido el Citroën Cactus, que se une al Ford Kuga, el Opel Mokka, el Renault Captur y el Audi Q3.
Cinco fabricas españolas ya cuentan entre sus modelos con los exitosos SUV que, con la excepción del Audi Q3 que produce la planta de Seat en Martorell, corresponden al segmento compacto de gama media. La asignación en exclusiva de la fabricación del Citroën Cactus a la factoría del grupo PSA (Peugeot-Citroën) en Madrid fue anunciada con bombo y platillos por el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.
La trascendencia de la inversión de 237 millones de euros va más allá de las 200 contrataciones que generará el nuevo modelo. Supone garantizar 2.000 empleos que estaban en peligro puesto que la fábrica madrileña salía en todas las quinielas de los analistas del sector como candidata al cierre puesto que es de las de tamaño más reducido de España. Por eso González destacó que el nuevo SUV garantizará la carga de trabajo en la planta durante unos cinco años.
El resto de fábricas que tienen algún SUV en sus líneas de montaje también se garantizan que sacarán provecho de uno de los segmentos de mercado que más crecen incluso durante la crisis debido al cambio de gustos de una buena parte de los consumidores que quieren combinar espacio con la sensación de un todoterreno. De hecho, la producción de los SUV made in Spain se mantiene a un ritmo alto o bien se ha incrementado en los últimos meses para hacer frente al incremento de la demanda.
¿No hay cinco sin seis? Depende de Seat
En todas las fábricas se convertido en modelos decisivos para despejar dudas sobre el futuro de las instalaciones y de los puestos de trabajo en los próximos años. Son ejemplos claros el Renault Captur, que ha contribuido a salvar la planta de Valladolid, que fue víctima del pinchazo del Modus; el Audi Q3, que ha permitido a la factoría de Martorell sumar unas 110.000 unidades anuales desde 2009 y crear 1.000 empleos; el Ford Kuga, una pieza clave en el milagro valenciano que ha situado la factoría de Almussafes en el foco de la competitividad; y el Opel Mokka, que también evitará despidos en Figueruelas.
La incógnita ahora es si no hay cinco sin seis y, por tanto, si la fábrica de Seat tiene todavía alguna posibilidad de ganar la subasta interna con Skoda para producir el SUV que compartirán ambas marcas.