El centro de formación para el sector del automóvil de Cataluña sufrirá un retraso de, como mínimo, un año. El gran proyecto de Formación Profesional (FP) iniciado por el anterior Gobierno tripartito se tenía que poner en marcha durante este año, según las previsiones de la Generalitat a finales del 2010. En la visita del presidente Artur Mas a las obras del centro el pasado viernes se certificó el retraso acumulado por las instalaciones, para el que el Govern prevé ahora como fecha de inicio de su actividad docente en el curso 2013-2014.
A pesar del retraso causado desde que CiU llegó al Palau de la Generalitat, el Govern hizo un desembarco masivo en la visita a las obras, en al que participó una amplia comitiva encabezada por Mas y los consellers de Empresa, Francesc Xavier Mena, y la titular de Ensenyament, Irene Rigau. En ningún momento se mencionó la demora de un proyecto que fue calificado "de país".
A juzgar por los cuatro comunicados de prensa publicados desde el 2009 y las tres visitas de miembros del Govern llevadas a cabo al solar y a las obras, efectivamente es un proyecto de Estado. Las dos primeras fueron de la consellera de Treball i Indústria, Mar Serna, en 2010 para cerrar el acuerdo con el Ayuntamiento de Martorell y para poner la primera piedra simbólica, aunque las obras empezaron más tarde. La última ha sido la de Mas y sus consellers.
¿16.000 alumnos por año?
Hay que reconocer que el ambicioso proyecto tiene la complicación añadida de que en él intervienen tres administraciones (Generalitat, Gobierno central y Ayuntamiento) y un grupo de empresas (Seat, Nissan, Ficosa, Gestamp, Doga) que se han comprometido a aportar maquinaria y a formar en el centro a sus trabajadores. Y además, las aulas, que fueron diseñadas antes de la crisis, se están construyendo en plena recesión y en un momento delicado para el sector del automóvil. De los 16 millones en que está presupuestado el centro, 10 los aporta la Generalitat y seis el Ejecutivo central.
El retraso puede tener la ventaja de que, cuando empiece a funcionar, quizá la crisis empieza a remontar y las empresas del sector necesitan contratar a empleados en lugar de despedirlos. Quizás así se justifique la capacidad de formar a 16.000 alumnos por año.
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