La organización advierte de que el endurecimiento de los objetivos de reducción de CO2 en la Unión Europea a partir de 2020 puede poner en peligro puestos de trabajo en las fábricas de vehículos. El secretario general de la Federación de Industria de CCOO, Agustín Martín, y el responsable del sector de automoción del sindicato, Joaquín Ferreira, han enviado sendas cartas a las ministras de Industria y de Transición Ecológica, Reyes Maroto y Teresa Ribera, respectivamente. En esas cartas, los dirigentes sindicales piden que se implementen "las medidas de acompañamiento necesarias para evitar los despidos masivos" que pueden provocar el veto a la producción de coches que superen los nuevos límites de CO2.
CCOO lamenta que no se cuente con los parados
"Como sindicato, lamentamos que en el debate actual sobre la descarbonización del transporte no se haya prestado suficiente atención a los parados que quedarán en la transición", afirman Joaquín Ferreira y Agustín Marín. "Solo pedimos -añaden- que, al establecer nuevos estándares, se implementen las medidas necesarias para evitar los despidos masivos; incidir en la cualificación y recapacitación de trabajadoras y trabajadores; y apoyar a la diversificación de las regiones con esta industria, sobre todo a la pyme".
CCOO traslada a las dos ministras la propuesta de la Federación de Industria de los sindicatos europeos IndustriALL de conseguir un "compromiso equilibrado entre garantizar un cambio sostenido y efectivo hacia las cadenas de producción del futuro y, al mismo tiempo, permitir una transición social gradual. Para nosotros, como sindicatos, la sostenibilidad de nuestro modelo social europeo es tan importante como la sostenibilidad ambiental. Ambos deberían ir de la mano".
El objetivo de reducción de CO2
Los dos sindicalistas manifiestan su esperanza en que se tenga en cuenta el requerimiento de CCOO y de otros sindicatos ante la decisiva cita del 9 de octubre, en la que se prevé que el Consejo de Europa fije su postura en relación con la propuesta sobre CO2 aprobada por el Parlamento Europeo. El pleno de la Cámara ha aprobado, con un 58% de los votos, un objetivo de reducción de CO2 del 40% en 2030 que ha provocado el rechazo de los fabricantes de vehículos y de los sindicatos.