El exconsejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, rompió su silencio tras su abrupta salida del gigante automovilístico, negando haber sido despedido y señalando que su marcha fue el resultado de diferencias estratégicas con la junta directiva. En una entrevista con el diario portugués Expresso, Tavares además reveló que está considerando involucrarse en la privatización de la aerolínea lusa TAP, una decisión que calificó como un acto de "responsabilidad patriótica" hacia su país natal, Portugal.
Un adiós “amistoso” a Stellantis tras tensiones estratégicas
Tavares, quien lideró Stellantis desde su creación en 2021, sostuvo que su salida fue una decisión conjunta entre él y el presidente de la junta, John Elkann, para preservar la alineación estratégica de la empresa. "No se puede gestionar una compañía de 250.000 empleados y 15 marcas globales sin una clara alineación estratégica", afirmó.
Sin embargo, fuentes cercanas al asunto indicaron que su partida fue precipitada por metas que la junta consideró poco realistas o dañinas para la empresa. Tavares, quien anteriormente era uno de los ejecutivos más respetados de la industria automotriz, enfrentó críticas tras la caída de ventas de Stellantis en América del Norte y Europa, un hecho que llevó a la empresa a emitir una advertencia de beneficios en 2024. Pese a las circunstancias, Tavares insistió en que volvería a tomar las mismas decisiones si tuviera la oportunidad: "No me siento herido. Actué con integridad para proteger a la empresa".
El rescate de TAP, una causa nacional
De vuelta en Portugal, Tavares explora la posibilidad de invertir en la privatización de TAP, tras recibir "llamamientos patrióticos" de varios compatriotas. Durante la pandemia, el Gobierno portugués inyectó más de 3.200 millones de euros en la aerolínea para evitar su colapso, y Tavares subraya la importancia de recuperar esa inversión.
"Es crucial encontrar una solución que priorice a Portugal y a los portugueses", afirmó, añadiendo que la creación de un segundo aeropuerto en Lisboa será clave para el crecimiento rentable de TAP. Sin embargo, advirtió que transformar la aerolínea en un éxito requerirá un delicado equilibrio entre los intereses del Estado, los ciudadanos, los empleados y los inversores.
Un rol estratégico pero no ejecutivo
Aunque Tavares ha dejado claro que no busca asumir un rol ejecutivo en TAP, sí considera que el control de la aerolínea debe permanecer en manos portuguesas. "Podría haber sinergias con otros grupos, pero el control estratégico debe estar en Portugal", dijo en referencia a las ofertas de compra lanzadas por consorcios internacionales como IAG.
Tavares también sugirió que el control de TAP podría ejercerse mediante una coalición entre el Estado y el sector privado portugués, en lugar de una mayoría accionarial estatal.
Un futuro incierto en un sector en transformación
En un momento que describió como "darwiniano" para la industria automotriz, Tavares cree que las empresas deben adaptarse rápidamente a las tormentas del mercado. Desde su salida de Stellantis, ha ampliado sus actividades en Portugal con proyectos que van desde el turismo hasta la producción de vino, pero su mirada ahora está puesta en la aviación como una oportunidad de contribuir al desarrollo de su país.