Carlos Ghosn ha salido de la cárcel por unas horas por primera vez para comparecer ante el tribunal de Tokio que investiga la acusación de presunto fraude fiscal. No hay fotos ni vídeos del expresidente de Nissan y todavía presidente de Renault en su primera aparición fuera la prisión, pero los abogados y testigos presentes en la vista judicial lo han visto aparecer esposado, sin corbata, más delgado pero con firmeza. Carlos Ghosn ha leído una declaración en la que no se ha mordido la lengua y ha defendido que actuó "con honorabilidad, legalmente y con el conocimiento y la aprobación de los directivos apropiados dentro de la compañía". La declaración íntegra de Carlos Ghosn en inglés se puede leer en este enlace.
El ejecutivo pone el dedo en la llaga de la división creada en el seno de la alianza Renault Nissan Mitsubishi por la investigación interna pilotada por el actual consejero delegado de Nissan. Ghosn ha desvelado detalles de su contrato con Nissan, la forma de pago y sobre las ofertas de trabajo que recibió de cuatro grupos automovilísticos, incluidos Ford y GM, que acabó rechazando a pesar de ser tentadoras para seguir al frente de la marca japonesa.
"Soy inocente de la acusación hecha contra mi. Siempre actué con integridad y nunca fui acusado de actuaciones indebidas en las décadas de carrera profesional. He sido acusado de forma equivocada e injustamente detenido basándose en acusaciones sin fundamento", asegura Carlos Ghosn en las alegaciones que ha leído a su detención.
La "prueba de la muerte"
El directivo ha rebatido las dos acusaciones que pesan sobre él, de utilización indebida de fondos de Nissan y ocultación de una parte de su retribución. En primer lugar, ha indicado que el desplome de la cotización del yen provocó una situación personal delicada con los bancos que le llevó a buscar una "asistencia temporal" sin coste para Nissan para evitar que tuviera que presentar su renuncia al cargo.
Ghosn también negó la existencia de una compensación oculta en caso de abandono de la compañía o defunción. "Para mí, lo mejor es el test de la muerte: si muriera hoy, ¿podrían mis familiares reclamar a Nissan el pago de algo más que mi subsidio de jubilación? La respuesta es un inequívoco 'No'".
