El secretario general 'in pectore' de Industria y Pyme, Francisco Blanco, tiene mucha tela que cortar en 2023. Los cambios en el equipo del área de industria, precpitados por la marcha de la ministra Reyes Maroto para disputar la alcaldia de Madrid a José Luis Martínez-Almeida, llegan en un momento inoportuno y llenan de dudas al sector del automóvil.
De todos es sabido que los empresarios y las patronales dan prioridad a la estabilidad en el marco normativo y en el entorno político. Por eso, las elecciones son vistas, habitualmente, como un factor de distorsión, parálisis y, también, de riesgo ante la incertidumbre de los cambios que pueden venir. Las elecciones municipales y en la mayoría de autonomías que se celebran el 28 de mayo se están convirtiendo ya, de forma anticipada, en una perturbación que ha afectado de lleno el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo
De la estabilidad al cambio
Hay que reconocer que el ministerio que regula los principales sectores productivos y de servicios ha sido uno de los que han gozado de más estabilidad en la actual legislatura de Pedro Sánchez. Reyes Maroto se libró del cambio en julio de 2021, tal como pudimos comprobar de forma directa en Coche Global. La cocina de los cambios provocó que Reyes Maroto tuviera que quedarse en su despacho pendiente de La Moncloa, por lo que tuvo que intervenir mediante una conexión en vídeo en la presentación del Barómetro Auto Mobility Trends. Al día siguiente, Maroto rompió todas las quinielas al salir indemne de la remodelación del Gobierno.
Pero el cambio solo se retrasó. Maroto dejará el cargo en una fecha todavía no anunciada para presentarse por el PSOE a las elecciones municipales en Madrid. Sin embargo, llama la atención que los primeros en salir de su equipo sean Raül Blanco, secretario general de Industria y Pyme y su mano derecha, así como Galo Gutiérez, director general de Industria. Se van a ir justo cuando estaban negociando con la Comisión Europea el siguiente desafío: flexibilizar las férreas reglas del PERTE del vehículo eléctrico que están detrás de la escasa asignación de fondos (una cuarta parte).
El senador por Asturias y economista experto en industria Francisco Blanco tendrá que ponerse al día rápidamente de los deberes pendientes en el ministerio, sin esperar siquiera a que llegue el nuevo ministro o ministra. La segunda entrega del PERTE se ha convertido en más decisiva, si cabe, que la primera porque hay muchos proyectos estratégicos haciendo cola para pedir su cuota de ayudas públicas con las que impulsar la transición ecológica y digital de la automoción.
Un aliado en el Gobierno
La industria del automóvil considera que no hay tiempo que perder para afrontar la montaña de asuntos pendientes. Lo principal es que se mantenga la interlocucin directa que tenían con Raül Blanco, un gran conocedor del sector con varias muescas en la culata por negociaciones en su anterior etapa como consejero del presidente de la Generalitat José Montilla.
Hace unos días, José López-Tafall, director general de Anfac, elogiaba la buena actitud del equipo de Industria, pero cuestiona la ejecución de las medidas. Un ejemplo paradigmático es la Mesa de Automoción, un foro reclamado y defendidos por empresarios y sindicatos, que coinciden en criticar su falta de operatividad por sus escasas reuniones y por haberse convertido en una especie de miniparlamento que ha hurtado su vocación de espacio de consenso de la hoja de ruta de la transición.
Los cambios en el Ministerio de Industria ponen en tela de juicio también los equilibrios entre ese departamento y el de Transición Energética que dirige Terese Ribera, mucho más incisivo con la automoción. Por eso es importante para el potente sector automovilístico disponer de un aliado en el Ejecutivo, como lo fueron Raül Blanco y Reyes Maroto.