Un nuevo seísmo se está preparando en el seno de la Unión Europea en relación con la exigencia en la reducción de emisiones de gases a la industria automovilística. La Comisión Europea propondrá que la UE sea más ambiciosa en el objetivo de recorte de CO2 para las flotas de nuevos automóviles, según indican la agencia Reuters y el diario alemán Suddeutsche Zeitung. La propuesta incluida en un borrador de nueva hoja de ruta ha provocado el rechazo de la industria de automoción.
Según la propuesta a la que han tenido acceso varios medios, para 2030 las emisiones medias de dióxido de carbono de los coches nuevos deberían estar un 50% por debajo de los niveles de 2021, lo que significa un 33% más en relación con las previsiones vigentes hasta ahora, que eran de una disminución del 37,5%.
Rechazo de la industria alemana
El borrador del plan, que se discutirá en los próximos días, prevé que, a nivel global, la UE adopte un objetivo de reducción de emisiones de CO2 en el horizonte de 2030 de, como mínimo, un 55% con respecto a los niveles de 1990 en lugar del 40% planificado hasta ahora. La mayor exigencia para las nuevos coches matriculados se enmarca en ese objetivo global más ambicioso de disminución de los gases de efecto invernadero y de lucha contra la contaminación.
Un portavoz de la comisión se negó a hacer comentarios sobre la información publicada por Reuters. Pero la noticia ha puesto ya en pie de guerra a la asociación de fabricantes de automóviles de Alemania (VDA), que plantearon una dura pugna en la anterior negociación y acabaron aceptando a regañadientes el objetivo de reducción del CO2 del 37,5% para los nuevos automóviles en 2030.
"Respaldamos los objetivos acordados, que son muy ambiciosos. Sin embargo, la industria automotriz alemana rechaza firmemente cualquier ajuste adicional de los objetivos para 2030", indicó VDA al diario Suddeutsche Zeitung.
Multas en 2021
A corto plazo, los fabricantes automovilísticos se enfrentan al objetivo de reducir sus emisiones medias a 95 gramos de CO2 a final de 2020, algo que va a resultar imposible de conseguir en muchas de las marcas por el escaso desarrollo del mercado de vehículos eléctricos. "Los fabricantes afectados ya han asumido que tendrán que pagar importantes multas", han indicado fuentes del sector, que atraviesa un momento delicado debido al impacto de la pandemia.
La propuesta de la Comisión Europea con sede en Bruselas de dar otra vuelta de tuerca al sector automovilístico ha coincidido con la publicación de un informe de Greenpeace en el que reclama como medida más efectiva el adelanto de la prohibición a la venta de vehículos diésel y de gasolina a 2028 en lugar de 2040.
