Las amenazas y los riesgos se están reproduciendo para muchas marcas de automóviles. Además de la entrada en vigor del nuevo test de emisiones de gases WLTP, la caída del diésel y el pinchazo de mercados emergentes, el Brexit puede impactar de lleno en algunos fabricantes más expuestos. BMW prepara un plan de contingencia ante la posibilidad de que haya una salida 'dura' del Reino Unido de la Unión Europea que incluye un puente aéreo para garantizar la producción del Mini en las islas.
La fábrica de BMW en Oxford se puede ver atrapada en la tormenta de un Brexit sin acuerdo que imponga elevados aranceles a la entrada de componentes en el Reino Unido y a la venta de los vehículos de Mini en la UE. El riesgo afecta a unas 225.000 unidades del Mini, alrededor de un 60% de la producción total de la marca que se ensambla en Oxford.
"Hemos tomado medidas para asegurar rutas de suministro por vía aérea", ha asegurado el consejero delegado de BMW, Harald Krueger, en una conferencia telefónica con periodistas para explicar los resultados del grupo en el tercer trimestre de 2018. Además, la compañía ha comunicado a los trabajadores que las vacaciones de verano se trasladarán en 2019 al mes de abril en previsión de que puedan producirse alteraciones en la producción por fallos en los suministros en el primer mes de separación efectiva del Reino Unido de la UE.
Caída de las ganancias
A pesar de estos preparativos para el peor escenario posible, el máximo directivo de BMW confía en que las negociaciones entre Gran Bretaña y la UE acaben con un acuerdo que permita mantener las relaciones comerciales y poner a salvo la industria del Reino Unido, el cuarto país fabricante de vehículos de la UE por detrás de Alemania, España y Francia.
Las complicaciones del Brexit y la caída del beneficio de BMW en el tercer trimestre en un 24% llevaron a las acciones del grupo alemán a perder un 3,46% en la Bolsa de Frankfurt. El beneficio neto pasó de 1.846 millones en el tercer trimestre de 2017 a 1.405 millones en los mismos meses de este año.
La compañía atribuye el descenso a los gastos extraordinarios derivados de la adaptación de los motores al nuevo protocolo de homologación WLTP y a los incentivos que paga por cambiar un coche viejo de diésel en Alemania. En el periodo de enero a septiembre, las ganancias después de impuestos de BMW bajaron un 8,7% y se quedaron en 5.788 millones.