El grupo BMW prevé crear 6.000 nuevos puestos de trabajo en 2022 para afrontar el reto de la producción de coches eléctricos. Según ha explicado el presidente de BMW, Oliver Zipse, el mercado de desarrollo de automóviles de lujo de Alemania sigue un muy buen camino en la transformación. A esto se suma que la compañía ha preparado sus plantes para la movilidad eléctrica y espera un mayor crecimiento en las ventas para 2022.
"Eso es por lo que incrementaron nuestra fuerza de trabajo por encima del 5% el próximo año", ha explicado el ejecutivo en declaraciones al diario alemán 'Münchner Merkur'. Actualmente, el grupo cuenta en plantilla con unos 120.000 empleados, después de haber recortado 6.000 puestos de trabajo desde 2020. Sin embargo, Zipse apunta que la alta demanda por nuevos modelos eléctricos exige incrementar el número de trabajadores de la compañía.
Perfiles más buscados
"Nuestros modelos de i4 han sido vendidos en meses, al igual que el iX", ha indicado el directivo, señalando que en 2022 se producirá la nueva versión eléctrica del Serie 7, por lo que no se esperan diferencias en términos de venta.
Los nuevos empleos se generarán principalmente en Alemania, según una fuente consultada por el diario. El i4 se desarrolla en Munich, mientras que el todocamino (SUV) iX se produce en la ciudad de Dingolfing.
Entre los perfiles demandados se encuentran expertos en investigación de baterías, conducción automatizada, desarrollo de software y seguridad IT, así como arquitectos de IT para bases de datos y 'cloud systems' y desarrolladores de app para 'infotainment' y entretenimiento. Del lado de la producción, la compañía buscará empleados para el mantenimiento eléctrico y para la gestión de plantas.
Un año más sin chips
Sin embargo, Zipse ha advertido que un factor que amenaza con frenar la demanda de vehículos eléctricos es la falta de puntos de recarga. "En Europa, la cantidad de automóviles eléctricos está creciendo cinco veces más rápido que la infraestructura", ha indicado el ejecutivo.
El presidente de BMW ha explicado que este es uno de los motivos por los que se opone frontalmente a la prohibición total de los vehículos de combustión, puesto que "conduciría inevitablemente a la industria más grande de Alemania a un escenario de contracción". Zipse ha hecho un llamamiento para que los objetivos de reducción de dióxido de carbono (CO2) se asocien a metas vinculantes para la infraestructura de carga.
El directivo también ha repasado la crisis de los semiconductores, un reto que, según Zipse, terminará dentro de un año. "Espero que veamos una situación en gran parte normal a fines del próximo año", ha concluido Zipse.