La guerra comercial por el coche eléctrico ha estallado con toda crudeza con el anuncio del presidente de EEUU de imponer un arancel del 100% sobre los vehículos chinos. La medida de Joe Biden, cargada de tintes electoralistas, supone de facto levantar un muro infranqueable para los vehículos eléctricos procedentes de China, lo que ha llevado al Gobierno del país asiático a anunciar represalias comerciales contra EEUU.
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Hasta ahora, los coches eléctricos chinos tenían que pagar una tasa del 25% de su valor al ser importados en Estados Unidos. Con la próxima entrada en vigor de la subida hasta el 100%, un coche con un valor de 30.000 dólares tendría que pagar otros 30.000 dólares en concepto de arancel.
Las importaciones chinas se disparan
El incremento de aranceles afecta también a las baterías de iones de litio y a sus componentes, que pasarán de pagar un 7,5% al 25%, lo que puede poner en apuros a los fabricantes de EEUU hasta que se pongan en marcha las gigafactorías en el país. Las subidas incluyen asimismo placas solares, minerales estratégicos, semiconductores, acero, aluminio y las grúas portuarias. El impacto económico de esas tasas más altas suman un valor de 18.000 millones de dólares.
El Ejecutivo de Joe Biden justifica la decisión al considerar que se trata de actividades industriales estratégicas para el futuro de la economía de EEUU y se desmarca de los aranceles indiscriminados que impuso Donald Trump y que originaron una escalada de represalias comerciales con China.
En el caso de los vehículos eléctricos, EEUU pretende frenar la invasión de coches chinos a pesar de la penalización que suponía el arancel del 25% y el hecho de quedar fuera de las ayudas públicas a la compra de coches propulsados por baterías, reservadas para los turismos 'Made in USA'. En 2023, las importaciones de vehículos eléctricos chinos en EEUU subieron un 70%, lo que pone en peligro la industria estadounidense, según el Ejecutivo, que alega como razón de fondo la sobrecapacidad de producción de las plantas chinas.
China amenaza con represalias
El Ministerio de Comercio de China respondido a Joe Biden exigiendo una rectificación y con la advertencia de que tomará "medidas para salvaguardar sus propios derechos e intereses". "China está muy insatisfecha con el abuso por parte de Estados Unidos del procedimiento de revisión arancelaria de la Sección 301 impulsado por preocupaciones políticas internas", ha indicado un portavoz del ministerio al diario China Daily.
La decisión de Biden supondrá un gravamen extra también sobre vehículos de marcas de EEUU o de otros países que tienen fábricas en China. Asimismo, las represalias de China pueden impactar negativamente sobre las exportaciones de EEUU, cuya industria de automoción vende fuera de sus fronteras unos dos millones de vehículos cada año. "Esa es la actividad manufacturera que respalda los empleos, el PIB y la seguridad nacional de Estados Unidos", explicaba hace unas semanas John Bozzella, el presidente de Alliance for Automotive Innovation, la asociación de fabricantes de EEUU.