Había esperanza en 2021, pero de momento ha empezado mal, con abundantes jarros de agua fría y con malas noticias por doquier. Las vacunas se alejan y, por tanto, también la recuperación de la economía y mientras tanto, el consumo se desploma. Es lo que ha pasado en un enero negro en el mercado automovilístico, donde se han encendido todas las alarmas en un clima de desesperación en el sector.
Las patronales de fabricantes y vendedores de automóviles certificarán este lunes un desplome de las matriculaciones en España hasta un nivel similar al del mes de mayo de 2020, con algo más de 30.000 vehículos vendidos. Se esperaba un comienzo de año complicado y lleno de incertidumbre, pero no tanto, según confiesan fuentes empresariales del automóvil, que asisten con desesperación y también con rabia contenia a un clima de distanciamiento con el Gobierno.
"No esperamos ninguna medida que pueda ayudar al sector a corto plazo. Trabajamos para conseguir mejoras a medio plazo", confesaba un destacado representante emprearial de la automocion en una conversación con Coche Global. Aunque se mantienen las relaciones y a pesar de que el presidente de Anfac se reunido esta semana con varios miembros del Ejecutvo, las organizacones empresariales tienen la sensación de que no pueden esperar una reacción inmediata debido a los complicados equilibrios en el seno del Consejo de Ministros.
Tormenta perfecta
El año 2021 ha comenzado con lo más parecido a una tormenta perfecta en contra de la automoción: nuevas restricciones frente a la pandemia, más incertidumbre de los consumidores, agotamiento de los planes Renove y Moves y subida del impuesto de matriculación para algo más de la mitad de los coches vendidos en España.
Los concesionarios y el resto de puntos de venta y reparación de vehículos han comenzado a notar los efectos negativos del agotamiento ante la crisis desatada al haber registrado un recorte del empleo del 0,9%, mientras que la fabricación de vehículos y componentes acabó el año con un alza del 1,7% gracias al efecto de amortiguación que suponen los ERTE, según la EPA. En cambio, los datos de afiliados a la Seguridad Social indican que hubo una pérdida de 14.000 ocupados en el conjunto del sector del automóvil.
Esos datos pueden ser solo las primeras señales de alerta que están emitiendo las empresas del sector ante el desinflanmiento de la recuperación, que algunas compañías ya retrasan hasta 2023 para igualar los volúmenes existentes antes de la irrupción de la Covid-19. Al parecer, el sector del automóvil también sufrirá un retraso en su vacunación frente a la crisis, lo que obliga a reaccionar con agilidad.