En los meses de septiembre y octubre proliferaron los anuncios de nuevas contrataciones en las fábricas de automóviles. El mercado español y el del restro de principales países europeos se recuperaban y sorprendían en positivo a las empresas del sector del automóvil, que creó unos 11.000 empleos desde el mínimo alcanzado en el confinamiento de primavera. Pero esos empleos están ahora en peligro.
La industria de automoción acabó el mes de octubre con 160.732 afiliados a la Seguridad Social, según los datos del Ministerio de Empleo. Esa cifra supone 3.125 ocupados más en relación con el mínimo registrado en julio de 157.607 empleados. En los concesionarios y talleres de vehículos, las plantillas se incrementaron en 7.837 trabajadores en relación con el mínimo de abril, con lo que llegaron a 333.421 puestos de trabajo.
Freno a la producción
En un contexto económico que sufrió el fuerte impacto de la paralización de la actividad y con algunos sectores que seguían cerrados, la evolución de la automoción se convirtió en una esperanza para actuar de locomotora. Sin embargo, la escalada de contagios y de nuevas restricciones de la segunda ola de coronavirus están dando la vuelta a la situación, hasta el punto de poner en peligro esos 11.000 empleos recuperados, que suponían situarse de nuevo en el momento anterior a la crisis. Se trata de una tendencia detectada también en el barómetro Auto Mobility Trends de Coche Global e YGroup presentado con la ministra de Industria, Reyes Maroto, en Casa Seat.
Todas las fábricas de automóviles están anunciando, como un dominó, medidas para reducir su producción con la cancelación de turnos adicionales y también de algunos ordinarios y recurriendo a la flexibilidad interna para parar las líneas de montaje durante algunos días. Las primeras víctimas de esas medidas serán trabajadores eventuales de refuerzo, a los que no se les renovará el contrato.
Pendientes del virus
Las perspectivas no son buenas. Los concesionarios trabajan con una previsión de un descenso de las ventas en España del 30% y piden que sean considerados como actividad esencial y sin riesgo teniendo en cuenta que son instalaciones amplias y que registran una afluencia de clientes muy reducida.
El sector del automóvil está en manos ahora de la evolución de las ventas y de la confianza de los consumidores, que está bajo mínimos por el repunte de los ERTE de sectores que han tenido que cerrar de nuevo. La esperanza para la industria es que las ventas de los principales mercados europeos mantengan la tendencia a aguantar mejor el embate del coronavirus. Todo dependerá de cómo avance la ola de Covid y de la precisión e inteligencia de las medidas que se apliquen para frenar la propagación.
