Los aranceles de la Unión Europea a los coches eléctricos importados de China han entrado en vigor de forma definitiva, aunque con nuevos retoques. Sin embargo, la Comisión Europea ha ignorado las alegaciones presentadas por Seat y el Grupo Volkswagen y mantiene el castigo al Cupra Tavascan con un arancel adicional del 20,7%, que se suma al 10% anterior, que la compañía advirtió que pone en peligro la viabilidad económica de la empresa y el empleo.
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La falta de acuerdo en el sprint final de la negociación entre Bruselas y China ha activado la puesta en marcha de forma definitiva de los nuevos aranceles con el fin de proteger a la industria automovilística europea de los efectos de las subvenciones que China ofrece a sus fabricantes. La lista de los aranceles, que entra en vigor este miércoles tras su publicación en el Diario Oficial de la UE, ha sufrido algunas modificaciones que benefician a ciertas marcas, especialmente a Tesla.
Bruselas rechazas las alegaciones de Seat
El grupo Volkswagen no ha tenido la misma suerte a pesar de las alegaciones presentadas y de las reuniones mantenidas con funcionarios de Bruselas. Incluso las autoridades chinas y la Cámara de Comercio de China recordaron que la planta de Volkswagen en Anhui empezó a exportar en el período posterior al período de investigación emprendido por la Comisión Europea, lo que contradice la conclusión de la Comisión de que las importaciones de China por parte de los fabricantes de equipos originales de la Unión no serían significativas en el futuro.
La Comisión Europea ha desoído todos los argumentos aportados por Volkswagen y Seat y las autoridades chinas. Bruselas sostiene que la investigación había establecido una relación entre la empresa y el grupo chino JAC. "En particular, JAC contribuyó a una reciente ampliación de capital de Volkswagen (Anhui) Automotive Company, Ltd. en la que sus acciones representan el 25% del capital total", indica Bruselas en la resolución final sobre los aranceles.
La única concesión de la Comisión Europea ha sido otorgar un código de importación específico para la planta de Volkswagen de Anhui al margen de la compañía JAC. Este gesto abre la puerta a la "posibilidad de aceptar ofertas de compromiso posteriormente a la imposición de medidas definitivas", que podrían suavizar el impacto negativo del arancel final del 20,7%, que se suma al inicial del 10% para dar una cifra total del 30,7%.
Búsqueda de un acuerdo
Fuentes de Seat han mostrado su sorpresa y rechazo ante la decisión de Bruselas de mantener el arancel aunque confían en que se mantengan las negociaciones entre la UE y China para conseguir un acuerdo comercial sobre los vehículos eléctricos y en la posibilidad de llegar a acuerdos con las marcas afectadas.
Bruselas indica que el diálogo técnico sigue abierto sobre los compromisos en materia de precios con las autoridades chinas para buscar una solución "alternativa" y añaden que si se llega a un acuerdo los aranceles se podrán suspender con aquellos productores que asuman las condiciones acordadas.
El impacto del sobrecoste que supone ese arancel adicional sobre el nuevo modelo eléctrico de Cupra supondrá un duro golpe que la compañía ha cuantificado con varios escenarios. En cualquiera de ellos, la factura para Seat será de cientos de millones de euros y de empleos amenazados. La producción y las ventas con el volumen previsto del Cupra Tavascan, de alrededor de 70.000 unidades al año, generará un impacto negativo de hasta 500 millones de euros debido al sobrecoste imprevisto cuando se planificó el nuevo modelo. A corto plazo, en lo que resta de 2024, las ventas del Tavascan con el nuevo arancel tendrán un efecto negativo de 100 millones.
La propuesta definitiva retoca algunos de los porcentajes. A SAIC y los productores que no han cooperado se les aplica un 35,3% (frente al 36,6% inicial). Le siguen Geely con un 18,8%, BYD con un 17% y Tesla con un 7,8% (frente al 9% inicial). Al resto de marcas que han cooperado, como Cupra y Volkswagen, se les mantiene el 20,7%.