Industria

Los aranceles a China chocan con el efecto bumerán en la UE

La automoción europea y Alemania se movilizan contra los aranceles a China, que golpean modelos como el Cupra Tavascan y dejan fuera coches de combustión

Cupra Tavascan y Ebro S700, en el Miting d'Auto de CIAC / T.F.

Cupra Tavascan y Ebro S700, en el Miting d'Auto de CIAC / T.F.

Toni Fuentes

15.06.2024 21:26h

4 min

Justo la misma semana en la que Bruselas anunció la subida de aranceles a los coches eléctricos chinos, los asistentes al encuentro anual del Clúster de Automoción de Cataluña (CIAC) se encontraron con una imagen significativa de la etapa que se puede abrir a partir de ahora en Europa. Dos coches recibían a los directivos de empresas del sector del automóvil, un Cupra Tavacan y un Ebro S700. Ambos saldrán al mercado en los próximos meses y sufrirán de forma diferente las consecuencias de los nuevos impuestos que se aplicarán a los vehículos procedentes de China, que corren el peligro de convertirse en un bumerán que golpee a la industria automovilística europea


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El reciente anuncio de las nuevas barreras arancelarias por parte de una Comisión Europea en funciones y a un paso de ser sustituida por un nuevo Gobierno comunitario se convirtió en la comidilla de los directivos que comentaban la contundencia de la respuesta de Bruselas y las posibles consecuencias a partir de ahora en el pulso con el gigante asiático. En buena parte también había sorpresa e incertidumbre ante unos aranceles a la carta que dependen de factores como la colaboración de las empresas durante la investigación europea. 

Tanto el Cupra Tavascan como el Ebro S700, una adaptación de un SUV de Chery, son dos modelos vinculados a China. Sin embargo, el Cupra Tavascan, desarrollado en Martorell, es posible que tenga que pagar un arancel cercano al máximo del 48% por estar fabricado en China, según han apuntado fuentes del sector, mientras que el Ebro S700 se librará al no ser 100% eléctrico y recibir el montaje final en Barcelona. El grupo Chery tendrá que pagar un 21% por sus coches eléctricos enviados a Europa, que se reducirá en los modelos con montaje final en la antigua planta de Nissan de la Zona Franca. 

Conexiones con China de la automoción europea 

En los últimos días han ido apareciendo ejemplos similares del efecto bumerán de los aranceles para la industria de automoción europea, estrechamente conectada con China. El nuevo Mini eléctrico también tendrá que afrontar el nuevo arancel del 48%, según indicó Reuters, debido a problemas en la comunicación de información por parte de la filial de BMW y Great Wall Motors. 

Todos los grupos automovilísticos europeos tienen intereses en China y modelos que pueden verse muy afectados por la penalización fiscal, hasta el punto de que pueden provocar el encarecimiento de los coches eléctricos justo en el momento en el que comenzaban a reducir sus precios. El económico eléctrico Dacia Spring puede tener difícil mantener su precio inicial de 17.890 euros por su origen chino. 

La pregunta ahora es si los aranceles se llegarán a aplicar realmente o si se quedarán en un potente presión para negociar con China un reequilibrio de las condiciones del comercio bilateral de vehículos eléctricos y de combustión, porque marcas como Chery y MG (SAIC) están aprovechando ese resquicio para ganar cuota de mercado en Europa con mucha rapidez a costa también de los fabricantes europeos. 

Ofensiva contra los aranceles

Con la industria de automoción y países como Alemania en contra, resulta difícil pensar que se desencadene una guerra comercial peligrosa con China. De momento el país asiático apunta a posibles represalias sobre productos agrícolas, pero tiene el poder de parar las fábricas europeas de vehículos si opta, por ejemplo, por encarecer o dosificar los componentes que envía al viejo continente. 

"Los efectos negativos de esta decisión (la subida de aranceles) superan cualquier potencial beneficio para la industria automovilística europea", advertía Seat al conocer los efectos sobre el Tavascan, el modelo estrella de Cupra. "Estamos trabajando activamente, junto con el Grupo Volkswagen, para minimizar las posibles consecuencias de esta resolución preliminar para el Cupra Tavascan", añadía el grupo español en una declaración que contrastaba con la celebración de los aranceles por parte de la vicepresidenta española Teresa Ribera. En cambio, Olaf Scholz ya ha puesto en marcha su Gobierno para revertir la decisión de Bruselas. 

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