Los 50.000 trabajadores de General Motors de Estados Unidos han hecho historia. Han estado un mes entero de huelga en un conflicto laboral por el nuevo convenio colectivo que ha tenido un costes de unos 2.000 millones de dólares. El sindicato United Auto Workers (UAW) ha anunciado que ha llegado a un acuerdo con la dirección de GM que puede permitir la desconvocatoria de la huelga si la plantilla lo ratifica.
El vicepresidente de UAW, Terry Dittes, ha indicado que "la principal prioridad del equipo negociador ha sido asegurar un convenio fuerte y justo" que sus afiliados se merecen. La huelga ha paralizado 33 plantas y 22 centros de distribución.
Reivindicaciones sindicales
UAW había reclamado aumentos salariales, mejoras de las prestaciones sanitarias y la reducción del número de empleos temporales, así como mayores inversiones en EEUU para evitar la deslocalización de la producción a México. GM se ha comprometido a invertir un mínimo de 7.000 millones de dólares en EEUU en cuatro años, una cifra que se podría aumentar hasta los 9.000 millones de dólares.
El paro de las plantas de GM en Estados Unidos ha afectado a otros centros del fabricante en México y Canadá, donde miles de trabajadores han estado en paro técnico ante la falta de materiales para mantener las plantas en producción.
Para paliar la larga duración de la huelga, el sindicato convocante puso en marcha el mecanismo de la caja de resistencia para abonar 250 dólares a la semana inicialmente y 275 en la última semana.
