Los directivos del sector automovilístico están estos días con una sonrisa contenida. A pesar del momento convulso que vive la industria, hay una buena noticia. El principio de acuerdo para un Brexit suave alcanzado entre el Reino Unido y la Unión Europea permite esquivar los temidos sobrecostes por los aranceles del comercio de componentes y vehículos. La clave es la entrada del Reino Unido en la Unión Aduanera de la UE.
A la espera de que se conozcan más detalles del texto del principio de acuerdo, una de las claves en el ámbito económico y del comercio es una solución de compromiso para que Gran Bretaña entre a la Unión Aduanera de la UE. Inicialmente, el Reino Unido dispondría de un plazo de dos años para decidir si mantiene ese estatus o bien prefiere otro tipo de relación con los países comunitarios.
Sin embargo, la solución temporal de la Unión Aduanera tiene muchos visos de convertirse en permanente ya que las alternativas son, por ahora, mucho más lesivas para el comercio de los bienes producidos en las islas británicas. De momento, la industria de automoción se muestra cautelosa con el principio de acuerdo porque sus 500 páginas se mantienen en secreto y porque todavía tiene que superar importantes obstáculos dentro del Reino Unido para que salga aprobado.
Sin aranceles para automóviles
La Unión Aduanera de la UE está formada actualmente por Turquía, Andorra, Mónaco y San Marino y establece unos acuerdos preferenciales para impulsar el comercio entre esos países y el mercado comunitario. Por ejemplo, la importación de coches desde Turquía a los países de la UE no paga ningún arancel. El Reino Unido podría estar en esa misma situación lo que permitiría esquivar los aranceles para el comercio de vehículos y de componentes.
Unas horas antes de conocerse el preacuerdo sobre el Brexit, la patronal de fabricantes de componentes (Sernauto) advertía de que las empresas españolas con más presencia en el Reino Unido (especialmente Gestamp y Antolín) tenían planes de contingencia en previsión de un Brexit sin acuerdo. Los fabricantes españoles tienen una veintena de fábricas en Gran Bretaña.
La alternativa sin acuerdo dejaría el Reino Unido en territorio de los tratados de comercio internacional, que prevén unos aranceles básicos del 10%. La aplicación de esa tarifa supondría unos costes de cerca de 6.000 millones de euros anuales, según las estimaciones del sector. En los meses previos, el bloqueo en la negociación del Brexit ha provocado un parón en las inversiones de la industria de automoción en el Reino Unido.