El acto de puesta en marcha del proyecto para una planta de baterías y la producción de un nuevo coche eléctrico en Seat se ha convertido, nuevamente, en una trinchera política. Ningún representante de la Generalitat ha acudido a la puesta de largo de la transformación de Seat, la empresa industrial más importante de Cataluña y que mantiene su fábrica y su sede social en Martorell. El rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Industria, Reyes Maroto, se han quedado solos con los anfitriones, los presidentes del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, y de Seat y Cupra, Wayne Griffiths.
Aunque estaba previsto que el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, delegara en Albert Castellanos, secretario general del departamento de Vicepresidencia y Economía la Generalitat, finalmente incluso este alto cargo de segunda fila se ha ausentado del acto con el que Seat conmemoraba sus 70 años de historia y esbozaba su plan de futuro.
Fuentes de Seat han manifestado su resignación con el plante del Govern y los dos partidos que forman parte del mismo (ERC y Junts) y se consuelan con el argumento de que se trata de una decisión en respuesta a la presencia del rey Felipe VI y que no tiene relación con la compañía, con la que existe una relación correcta. De hecho, una semana antes Aragonès y la consejera de Salut, Alba Vergès, visitaron la planta de Martorell para firmar un acuerdo con Seat que convierte las instalaciones en un centro de vacunación contra el coronavirus de los vecinos de las poblaciones aledañas del Baix Llobregat.
Alcalde 'indepe' y Trapero
Los que sí han acudido al acto sobre la historia y la electrificación de Seat son los tres alcaldes de los municipios en los que se encuentra la fábrica del Baix Llobregat. Entre ellos se encuentran los socialistas Enric Carbonell y Jesús Naharro, alcaldes de Sant Esteve Sesrovires y Abrera, respectivamente, así como Xavier Fonollosa, máxima autoridad de Martorell que se presentó a las elecciones por el PdeCat, partido independentista desgajado de Junts.
Quien sí ha asistido a la comitiva oficial ha sido el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, mientras numerosos efectivos de la policía autonómica blindaban los accesos, en los que un reducido grupo de manifestantes independentistas convocados por la ANC y los CDR han llevado a cabo una protesta contra la presencia del monarca en Cataluña. Una pancarta gigante que colgaron en un puente de la A-2 fue retirada y acabó finalmente a las puertas de Seat. Entre los manifestantes de la ANC se encontraba su presidenta, Elisenda Paluzie.
Los partidos de la oposición en el Parlament han cargado contra el plante del Govern en el acto de Seat en Martorell al considerar que la importancia de la empresa y del sector automovilístico tenía que primar por encima del rechazo a la presencia del Rey.
