La pelea entre Elon Musk, CEO de Tesla, X y SpaceX, entre otras compañías, y Mark Zuckerberg, fundador de Meta, parece que va en serio y ahora busca la fecha para la celebración de este insólito combate. El jefe de Meta ya ha propuesto el 26 de agosto para el duelo, pero Elon Musk alega ahora un dolor de espalda para dejar la fecha en el aire.
El emprendedor de origen sudafricano ha afirmado que la fecha del combate con Zuckerberg "está en el aire" porque necesita pasar una prueba médica por un dolor de espalda que podría requerir una intervención quirúrgica. "Lo sabremos esta semana", escribió Musk en su cuenta personal en X (anteriormente Twitter), en respuesta al mensaje de Zuckerberg en el que dijo estar "listo" para la pelea y sugerir la fecha del 26 de agosto.
Cómo será la pelea
Horas antes, Musk había escrito que se veía ganador de esa pelea de artes marciales mixtas (MMA) "si la pelea es corta": "Soy mucho más grande", argumentó, y dijo pesar "al menos 300 libras (unos 136 kilos)". Sin embargo, si la pelea es más larga, Zuckerberg "puede ganar en resistencia", admitió Musk.
Musk, de 52 años, ha estado entrenando con Lex Fridman, un informático apasionado del Jiu-Jitsu brasileño, y con el campeón de UFC George St-Pierre. Por su parte, Zuckerberg, de 39 años y director ejecutivo de Meta (matriz de Facebook, Instagram y Threads), ha llegado a ganar peleas de MMA y hace poco compartió en sus redes que ha instalado en su jardín un ring octagonal.
Competidores en redes sociales
En junio, los dos multimillonarios -enfrentados por el liderazgo en el mundo digital- acordaron pelear a través de una serie de publicaciones en las redes sociales de sus respectivas plataformas e incluso Musk llegó a mencionar que esta pelea se podría dar en Las Vegas o en el Coliseo de Roma. Sin embargo, nunca ha quedado del todo claro si todo se trataba de una broma o si los contrincantes estaban hablando en serio.
La rivalidad entre los dos emprendedores se ha agudizado a raíz del lanzamiento por parte de Meta de la nueva red social Threads, con la que pretende captar a usuarios descontentos con los cambios bruscos aplicados por Musk en Twitter, que compró por 49.000 millones de dólares que logró de la venta de acciones de Tesla.