Este 2022 no sale ni mucho menos como estaba previsto en Mercedes en la F1, pero especialmente para Lewis Hamilton, quien en las cuatro primeras carreras del campeonato ha demostrado estar muy por debajo de su nivel. ¿Falla el piloto o el coche? ‘That’s the question’. Con 18 grandes premios por delante, se hace cuesta arriba descartarles de la lucha por el título pero a este paso pronto se descartarán ellos mismos y se abrirá la caja de los truenos.
Lewis Hamilton, que ya ve imposible luchar por el octavo título, terminó fuera de los puntos también en Imola tras verse incapaz en toda la carrera de adelantar a Pierre Gasly. Todos nos preguntamos qué pasa, dónde radica el problema y si no fuera porque George Russell hubiese sido cuarto con el mismo coche pensaríamos que el problema, precisamente, está ahí, en el monoplaza.
La habilidad de Toto Wolff nos lleva a pensar en ello, pidiéndole perdón delante de todo el mundo a su estrella por darle en Imola un coche inconducible. Pensé que el piloto inglés había tocado fondo en Arabia, pero en Italia aún fue peor y las carreras se suceden sin que Hamilton retome la confianza. Con el mismo coche, las mismas ruedas y la misma estrategia que Russell, hay algo más en todo ello que no sentirse a gusto. Lewis no parece él, es como si nos lo hubiesen cambiado y encuentro a faltar esa agresividad y el hambre que le caracterizaban cuando superaba los obstáculos por carácter, determinación y coraje. Una cosa es que no gane y otra, muy distinta, que se arrastre.
Una temporada para olvidar
En cuatro carreras disputadas, lleva dos (Arabia e Imola) para olvidar, desastrosas, sin paliativos, mientras que en Bahrein y Australia salvó los muebles por la campana. Lewis necesita recuperar sensaciones, pero también está claro que el coche no ayuda y no está acostumbrado a tener un monoplaza no competitivo. Los cambios introducidos en el motor han motivado un paso atrás, la nueva aerodinámica no ayuda y ni en velocidad punta ni en ritmo están a la altura de la competencia.
En Mercedes están haciendo un esfuerzo sobrehumano para recuperar la competitividad perdida, generando continuas evoluciones que no acaban de paliar uno de los principales hándicaps del coche: el ya célebre 'porpoising'. El efecto rebote impide a sus pilotos atacar a tope y con máxima confianza en las curvas y las décimas perdidas se resienten. A Lewis, curiosamente, le afecta más a que al joven George Russell, muy por delante del siete veces campeón.
Se anuncian importantes novedades técnicas para el GP de España, un coche diametralmente opuesto, con una aerodinámica renovada y un rendimiento optimizado. En él se juegan la temporada si quieren ser protagonistas en la lucha que mantienen Ferrari y Red Bull. De seguir así, en esta línea de pésimos resultados, el futuro de Hamilton, Toto Wolff y Mercedes quedará en entredicho. ¿Estamos ante el ocaso de Hamilton y Mercedes?