La inesperada decisión de Lewis Hamilton de dejar Mercedes y unirse a Ferrari en 2025 ha protagonizado esta semana los titulares de la Fórmula 1 y un mercado de pilotos que permanecía en letargo ha entrado de golpe en ebullición. Son muchas las incógnitas que hay que desvelar ahora, como el futuro de Carlos Sainz, pero uno se pregunta el por qué del movimiento del piloto británico.
Lewis Hamilton ha cambiado en un momento el panorama y, quizás, la misma historia de la Fórmula 1. El fichaje del inglés por la Scuderia Ferrari a partir de 2025 es, probablemente, la noticia más importante que hemos podido ver en más de una década.
Desayuno de Hamilton con Toto Wolff
Los de Maranello habían intentado hacerse con los servicios de Hamilton con anterioridad y en repetidas ocasiones, pero sus tentativas siempre habían fracasado. Lewis, no hay que olvidarlo, renovó en verano pasado por dos años con Mercedes, con lo que hasta finales del 2025 no quedaba libre.
¿Qué ha pasado para aceptar ahora la propuesta? Esto, de momento, es secreto de sumario, pero lo que es un hecho es que se personó el pasado miércoles en casa de Toto Wolff para desayunar y al austríaco se le atragantó el primer bocado. Hamilton se acogió a una cláusula de su contrato por la que podía quedar libre a finales del 2024 si denunciaba el compromiso antes del 1 de febrero.
Un piloto al que le va el riesgo
Hay que recordar que el británico, que ya ha ganado siete títulos, no tiene miedo a la hora de tomar decisiones. En 2012, decidió dejar McLaren, el equipo que lo llevó a la Fórmula 1 y lo ayudó a ganar su primer título mundial, para unirse a Mercedes, un equipo de menor rango y con un contrato de tres años que empezó en 2023.
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Los que auguraron que tomaba un riesgo enorme, han visto como se convertía en uno de los mejores pilotos de la historia después de once temporadas, consiguiendo seis campeonatos de pilotos y 82 victorias en grandes premios.
No tener un coche competitivo para hacer frente a Max Verstappen y pararle los pies le ha obsesionado los últimos años y, especialmente, después del dramático final del 2021 cuando perdió el título en Abu Dhabi por unas decisiones polémicas de la FIA (permitir reanudar la carrera sin que se desdoblasen los doblados) y de Mercedes (no parar a cambiar neumáticos cuando lo hicieron todos sus rivales).
Estaba convencido que Mercedes remontaría, que tenía la gente, experiencia, los recursos y el desarrollo adecuado para volver a ganar. La realidad, por el contrario, ha sido diametralmente opuesta y cada vez ha estado más lejos de las primeras posiciones. Está claro que, a sus 39 años, lo que ha visto para el futuro le convence aún menos.
Ferrari ha sabido seducirle
Ferrari, en estas condiciones, se lo supo camelar. Le expusieron sus planes, le mostraron la evolución del coche y la confianza en ser dominadores cuando en 2026 se introduzca la nueva normativa que afectará a la aerodinámica y a las unidades de potencia. Algo vio en el plan de Ferrari para dejarse llevar y tomar una decisión, otra vez, muy arriesgada. Fred Vasseur, director de la Scuderia, ha jugado un papel crucial. El francés fue el jefe de Hamilton en las fórmulas de promoción y ambos se han mantenido en estrecho contacto, tanto dentro como fuera de las carreras. Lewis confía ciegamente en él.
Hamilton sabe, por otro lado, que la unidad de potencia de Ferrari ha disfrutado de grandes prestaciones desde que él está en la Fórmula 1 y no podemos olvidar que, con las limitaciones aerodinámicas que entrarán en vigor, el papel de la unidad de potencia será entonces trascendental.
La inspiración de Ayrton Senna
No puede pasar desapercibido el factor romántico. Ayrton Senna fue el ídolo de Hamilton y él sabe que el brasileño quería correr para Ferrari antes de acabar su carrera. Por otro lado, la pasión por la que la Scuderia se abalanzó sobre él contrastaba con el aumento de popularidad de George Russell en Mercedes. Hay quien dice que podrá alcanzar los cien millones de dólares al año, que ya es una buena razón, pero mientras Mercedes le ofrecía un año de contrato y él quería tres para quedarse finalmente el acuerdo en dos, los de Maranello le ofrecieron la casa por la ventana
Hamilton lo ha sopesado todo y si había un momento para aventurarse era éste. Puede que no funcione, pero la duda de qué pasará con Mercedes le carcome. Además, tiene poco que perder y mucho que ganar. Todo el mundo da por hecho que Max Verstappen y Red Bull ganarán los próximos mundiales, pero si el inglés es capaz de volver a ganar – y a los mandos de un Ferrari – ascenderá con todos los honores al Olimpo de los dioses.
