La Fórmula 1 empezó en Bahrein una nueva era y los frutos de este radical cambio afloraron desde el inicio de una temporada que se presenta apasionante y espectacular, con pronóstico incierto. La victoria de Charles Leclerc y Ferrari, la primera de la Scuderia desde el GP de Singapur del 2019, reafirmada por el magnífico doblete de Carlos Sainz, han disparado las posibilidades de los de Maranello.
En una campaña en la que ha habido tantos cambios, con solo seis días de pretemporada para poner a punto los coches, es pronto para dictaminar si lo que vimos en Sakhir será la nota predominante en los próximos 21 grandes premios. En Arabia tendremos la primera oportunidad para evaluar las opciones reales de unos y otros, enfrentándose a un circuito de características muy diferentes.
Focalizando las miaradas en Ferrari
La atención en Arabia se centrará en los Ferrari. Todos los movimientos de Leclerc y Sainz serán seguidos con lupa, en un intento de sus rivales por saber qué esconden y, por otro lado, si reafirman el excelente rendimiento de Sakhir. Quien da primero da dos veces, pero no lo van a tener fácil. Hamilton logró la pole y la victoria en 2021, la primera vez que se disputó este GP en Jeddah, con Verstappen como único rival y Ferrari muy lejos en ritmo de carrera. Es el momento de comprobar hasta dónde ha llegado el cambio.
La Scuderia sumó en Bahrein un doblete que no conseguía desde el GP de Singapur del 2019, pero mucho más allá del éxito, muy relevante y al que no hay que quitar ningún mérito, me gustaría resaltar la forma cómo lo han conseguido. Al margen de la debacle final de Red Bull, Ferrari siempre estuvo un paso por delante en Sakhir. Fue más rápido en calificación y en carrera Leclerc dominó con autoridad, manteniendo a raya a un Verstappen que nunca se rinde.
El coche se mostró fiable, rápido y con gran ritmo, con menor degradación. Sus pilotos también se mostraron impecables, sin el mínimo error. El doblete no es fruto de la casualidad, ni mucho menos. La excelente gestión estratégica que hizo el equipo también es digna de mención. La duda es que haya continuidad, ya que para la F1 es muy importante que después de tantos años Ferrari vuelva a estar en primer plano.
El nuevo motor
La pregunta que nos hacemos todos después de la primera carrera, independientemente del resultado, es si Ferrari tiene el mejor motor de la parrilla. El rendimiento de los de Maranello durante el fin de semana ha sido excepcional y se ha demostrado, claramente, que la Scuderia ha dado un paso hacia delante. El coche ha nacido bien, no tiene problemas estructurales y cuenta con una buena base para desarrollos.
En definitiva, que el nuevo Ferrari es un coche con un gran potencial y una de las claves ha sido la renovación del motor, que ahora han sido congelados hasta 2025. La demostración más evidente de ello es que no solo el bólido rojo es rápido, que ya lo esperábamos desde el primer test, sino a que en Sakhir ha sorprendido el rendimiento de los Alfa Romeo y Haas, coches que si Ferrari ha dado un paso hacia delante ellos han dado tres y con triple salto mortal. La nueva era les sienta bien.
Los rivales, a contrapié
Red Bull y Ferrari han demostrado estar un paso por delante de sus oponentes, mientras que Mercedes se mantiene como una gran incógnita a la espera de que solucionen sus problemas con el rebote, el ya célebre porpoising. McLaren y Aston Martin, por el contrario, están muy lejos de donde estaban. Esto acaba de empezar y va a dar muchas vueltas.
Sin embargo, mientras la Scuderia mostró un excelente rendimiento global, en todas sus facetas, sin lunares, Max Verstappen y Checo Pérez, que eran sus principales adversarios en pista por las prestaciones del coche, se vieron duramente penalizados por la falta de fiabilidad de su Red Bull, llevándoles al abandono en las últimas vueltas. El problema del Red Bull no estuvo solo en una pieza de la bomba de gasolina, motivo del doble KO, sino que el entendimiento entre Verstappen y el equipo, en materia de estrategia, no fue el adecuado. Salimos de Bahrein pensando que tanto en la qualy como en carrera el holandés podía haber hecho más de lo que hizo.
Mercedes, por otro lado, no ha empezado la temporada como nos tenían acostumbrados pese al podio de Hamilton y todo apunta a que van a seguir sufriendo. Los problemas evidenciados en pretemporada se repitieron en la primera carrera, reafirmando que no iban de tapados y que los problemas de rebote existen. El podio del británico no puede tapar los problemas reales, aunque nadie les puede descartar para el campeonato. Es un problema aerodinámico y de suspensiones, cuestión de encontrar el equilibrio necesario. Deben mejorar el exceso de rebote en las frenadas fuertes y en las curvas lentas, que hacen muy difícil de conducir el coche y aumentan la degradación de los neumáticos.
Por último, hay que remarcar que con los nuevos coches veremos grandes cambios en los primeros dos meses, ya que en las fábricas se está trabajando a tope en próximas evoluciones, y hasta que el campeonato no llegue a Europa no se estabilizará.