La presión le jugó una mala pasada a Jorge Martín en Valencia en el duelo de dos Ducati con Pecco Bagnaia por el Campeonato . El piloto español, brillante en la carrera sprint del sábado, acumuló errores el domingo para acabar por los suelos a las primeras de cambio tras arrollar a Marc Márquez. Pecco Bagnaia, que en el Circuit de Catalunya fue víctima de un escalofriante accidente que comprometió seriamente su temporada, sumó el segundo título consecutivo de MotoGP y lo hizo después de acabar el sábado contra las cuerdas.
El italiano, dispuesto a enmendar un mal arranque de fin de semana, lideró la carrera con autoridad desde que se dio la salida, mientras que el madrileño vio como sus esperanzas se esfumaban con inusitada rapidez cuando todos dábamos por hecho que pelearía el título hasta la última curva. Un error de cálculo al inicio de la segunda vuelta le llevó a salirse recto para no llevarse puesto a Bagnaia y la precipitación fue en aumento para tocarse con un correoso Viñales en el tercer giro y en la sexta vuelta arrollar por detrás a Marc Márquez al final de la recta para irse ambos al suelo.
El sueño se había acabado
El despertar fue duro, muy cruel, ya que Jorge se había merecido más. El piloto más rápido al sprint y el más rápido de la segunda parte de la campaña se quedaba con la miel entre los labios. Los aplausos del público y el fervor de su gente no disminuyeron el dolor en su interior por haberlo echado todo a perder. Hubiera firmado el subcampeonato cuando empezó el año y, seguramente, lo dará por bueno a medida que pasen las semanas porque ha sabido exprimir al máximo y ha mostrado carácter, competitividad y, sobre todo, mucha velocidad. El batacazo le tiene que dar fuerzas para tomarse la revancha en 2024, que tiene que ser su temporada. Ahora toca levantarse, pasar página, aprender de los errores y volver más fuerte que nunca.
Bagnaia y Martín, antes de la carrera de Valencia / EUROPA PRESS
Pecco Bagnaia, por otro lado, es un justo campeón. Que nadie lo ponga en duda. Hasta el accidente de Barcelona había dominado con autoridad y ahí fue donde ganó el título, no solo porque tuvo la suerte de los campeones –Binder le pasó literalmente por encima- y no sufrió ninguna lesión de gravedad como todos nos temimos en un principio, sino porque el incidente no le pasó factura mentalmente y no bajó la guardia. Ganar un título es complicado y él ya lleva tres, dos de motogp consecutivos y Bagnaia ha tenido la madurez y la velocidad necesaria para conseguirlo.
Punto y aparte para Márquez
Marc Márquez cerró diez años en Honda con un podio en la carrera sprint del sábado y una caída en la carrera del domingo, víctima de las precipitaciones de Jorge Martín. Fue un fin de semana agridulce en cuanto al aspecto deportivo, pero seguramente después de lo ocurrido en los últimos tiempos ello quedaba en segundo término. El piloto de Cervera, que en 2024 correrá con Ducati en el Team Gresini, siendo compañero de equipo de su hermano Alex, vivió en Valencia un fin de semana emotivo.
No fue fácil tomar la decisión de dejar Honda y a la gente que le ha acompañado toda la vida, pero su postura, ambiciosa, valiente y con la vista puesta en el futuro, reflejan su carácter. Otros se hubiesen acomodado, pero la situación se había convertido en insostenible y tenía que dar un golpe de timón para enderezar su carrera deportiva.
Todos tenemos que tocar con los pies en el suelo y tomarnos las cosas con calma, Marc el primero. El reto que se ha marcado para el próximo curso es volver a disfrutar encima de la moto, sonreír, divertirse y respirar del aire fresco que le aporta el cambio. Los resultados, hoy, tienen que quedar en segundo plano. No será fácil, pero si lo consigue volverá a estar ahí, luchando por los primeros puestos.
