El pasado mes de julio asistí, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la colocación de la primera piedra, y con ella, el inicio de la construcción de la gigafactoría de baterías de litio de Envision en la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata, que implicará una inversión estimada de 2.500 millones de euros y la contratación de más de 3.000 trabajadores.
Artículo publicado en la revista del Barómetro Auto Mobility Trends
Esta buena noticia se suma a las obras que continúan en la fábrica de diamantes sintéticos de Trujillo. Diamond Foundry, la empresa promotora del proyecto, tiene previsto terminar los trabajos este año. Unos diamantes sintéticos, que al igual que las baterías que saldrán de la planta de Navalmoral, se destinarán al sector de la automoción, en concreto al vehículo eléctrico, ya que se utilizan en la elaboración de semiconductores.
Ambos proyectos son claros ejemplos de dos objetivos que se ha marcado este Gobierno: por un lado, contribuir al reto demográfico a través de potenciar áreas de menor población desde el punto de vista industrial. Y por otro, fomentar la colaboración público-privada a la hora de invertir los fondos europeos que España está recibiendo.
Fondos europeos sin precedentes
En este sentido, cabe recordar que el proyecto de gigafactoría ha recibido 300 millones de euros del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado. Y la fábrica de diamantes sintéticos ha obtenido una financiación de 120 millones de euros públicos del Fondo de Inversión Industrial Productiva gestionado por el Ministerio de Industria y Turismo.
Precisamente, creo que estamos en un momento de gestión de fondos europeos sin precedentes que está contribuyendo a definir un destacado ecosistema industrial innovador, y que está ayudando a dar respuesta a los restos estratégicos de la Unión Europea.
En clave industrial, los fondos europeos están contribuyendo al avance de España en el ámbito de la transición energética y la innovación, con una profunda transformación en áreas transversales como la descarbonización, el impulso al vehículo eléctrico y conectado o la digitalización de sectores fundamentales para nuestra economía, como el agroalimentario, el naval o el sector de los semiconductores.
Todas estas inversiones, además de generar empleo y oportunidades, consiguen atraer o fijar proyectos estratégicos e innovadores que dan certidumbre a las plantas de automóviles españolas y a toda la cadena de valor que existe en torno al vehículo eléctrico.
Papel protagonista en la automoción
Queremos que España lidere, en un mundo donde la tecnología sigue avanzando a pasos agigantados, una industria puntera en todo el proceso productivo; desde la extracción de la materia prima, hasta la fabricación de las celdas y el ensamblaje de baterías en coches eléctricos. Todo el ecosistema de automoción español está plenamente comprometido con la movilidad del futuro y está participando activamente en los distintos programas del PERTE VEC que estamos ejecutando.
España está haciendo una apuesta firme para continuar su papel protagonista en la industria de la movilidad europea y mundial, afrontando los cambios necesarios para seguir siendo competitiva, además de segura, sostenible y conectada.
Y según se observa en el Barómetro de movilidad y automoción de Coche Global 2024, el vehículo eléctrico mantiene su hegemonía como principal destino de las nuevas inversiones, con un 74% de las compañías que afirman que tienen planes de desarrollo en esa dirección.
Todos nosotros, empresas de este sector, en colaboración con las administraciones, tenemos en nuestra mano las herramientas, las habilidades y los medios para triunfar en este empeño.