A comienzos de los 90, Francis Stahl, entonces presidente de Fasa Renault, pronosticaba que el mercado español del automóvil alcanzaría un volumen de unos dos millones de unidades al comenzar el siglo XXI. Su profecía nunca se cumplió, pero hay que reconocer que estuvo bastante cerca de hacerse realidad cuando se logró el récord de 1.650.000 vehículos matriculados.
Artículo publicado en la revista del Barómetro Auto Mobility Trends
Desde entonces la evolución del mercado ha sido una ‘montaña rusa’. Primero fue la crisis económica de 2007-2008, de la que España tardó siete años en recuperarse y que redujo las ventas a mínimos de 700.000 unidades. El incremento de las matriculaciones hasta superar otra vez el millón de coches fue relativamente rápido, pero llegó 2020 y el Covid19, que dio otro fuerte golpe y redujo el volumen a unas 800.000 unidades y poco más. Se esperaba que en 2023 se lograra de nuevo salir de los seis dígitos en las matriculaciones, pero no fue así. La cifra se quedó en los 949.400, que este año figura como objetivo a superar.
Las consecuencias de esta atonía son diferentes por sectores. Si se analiza la situación de los concesionarios, no es mala, con un incremento de su rentabilidad. En cambio, las marcas han perdido algo de esta, aunque sus resultados siguen siendo buenos. Pero han dispuesto de más coches para vender y han tenido que recurrir a las ofertas y los descuentos.
Efectos en la producción
La otra cara de la moneda se refiere a la producción, que se recupera muy lentamente. Eso supone un gran problema para las empresas más pequeñas, las ‘tier 3’, que no sólo ven reducida la demanda, sino que no consiguen beneficiarse de las ayudas de los PERTE del Gobierno y se ven empujadas al cierre pese a los esfuerzos de Sernauto.
Con respecto al mercado, da la sensación que los clientes van perdiendo la incertidumbre que le creó la imposición de la electrificación del automóvil como una solución para lograr la descarbonización. Una imposición que llegó a asumir Anfac, la asociación de fabricantes, de quien se podía haber esperado que se posicionara en favor de una neutralidad tecnológica para lograr el objetivo. Lo cierto es que electricoslas ventas de coches eléctricos 100% (BEV) se han frenado, que los híbridos enchufables (PHEV), muy caros, siguen el mismo camino, y que los híbridos (HEV) están ocupando el espacio de los diésel.