La cuenta atrás para suprimir las emisiones de gases contaminantes en el transporte y en el conjunto de la economía de la Unión Europa ha empezado ya oficialmente. La Comisión Europea ha aprobado la estrategia de descarbonización, que tiene que concluir en 2050 como muy tarde. La hoja de ruta europea incluye importantes inversiones en los vehículos alternativos a los de motor diésel y de gasolina con una preferencia por los de hidrógeno por delante de los eléctricos.

El proyecto de Ley de Cambio Climático presentado por el Gobierno español se enmarca en esa estrategia a largo plazo de la UE, que insta a los estados a aportar su planes antes de que acabe 2018. La ley española, todavía pendiente de tramitación, establece la prohibición de vender coches diésel, de gasolina, híbridos y de gas a partir de 2040 y el veto a la circulación de los turismos y furgonetas que emitan CO2 a partir de 2050. 

Según la Comisión Europea, "la estrategia muestra cómo Europa puede liderar el camino hacia la neutralidad climática mediante la inversión en soluciones tecnológicas realistas, la capacitación de los ciudadanos y la armonización de la acción en ámbitos clave como la política industrial, la financiación o la investigación, garantizando al mismo tiempo la justicia social para una transición justa". 

Un 32% de coches de hidrógeno

Esas soluciones realistas pasan, en la movilidad, por los vehículos de energías alternativas de forma estricta, lo que descarta los híbridos en el futuro ya que emiten CO2 al tener motor de gasolina o diésel combinado con otro eléctrico auxiliar. 

La estrategia de la UE se basa en informes técnicos que advierten del riesgo para el cambio climáticos que tendrían no tomar medidas drásticas. El grupo de alto nivel asegura en un informe entregado a la UE que los vehículos de combustión interna mantendrían una cuota de mercado muy elevada en 2050, del 42%. Los vehículos eléctricos supondrían un 16%, los de biocombustible, un 36%, y los de hidrógeno, un insignificante 2%. 

Con la estrategia agresiva de lograr la descarbonización en 2050, el mapa de las fuentes de energía de los vehículos cambiaría radicalmente, según las previsiones de los expertos. Los vehículos de combustión interna mantendrían un residual 1%, mientras que el grupo más numeroso sería el de los coches impulsados por biocombustible, con un 39% del total, seguidos por los de turismos de hidrógeno, con un 32%, a continuación los eléctricos, con un 28%. 

"Todos los modos de transporte deben contribuir a la descarbonización de nuestro sistema de movilidad. El objetivo es alcanzar un nivel neto de cero emisiones de aquí a 2050", ha asegurado la comisaria de Transportes, Violeta Bulc. "Esto requiere un enfoque sistémico con vehículos de emisiones bajas y nulas -añade-, un fuerte aumento de la capacidad de la red ferroviaria y una organización más eficiente del sistema de transporte, basado en la digitalización; incentivos para los cambios de comportamiento; combustibles alternativos e infraestructuras inteligentes; y compromisos globales. Todo ello impulsado por la innovación y las inversiones". 

Inversión en transporte eficiente

La Comisión Europea ha previsto en sus presupuestos para el periodo de 2021 a 2027 una inversión de 30.600 millones en infraestructuras de transporte con 60% de ese importe enfocado a conseguir los objetivos de reducción de emisiones contaminantes.

La hoja de ruta comunitaria hacia la descarbonización comporta riesgos para la economía y el empleo, según reconoce Bruselas. Por ello, el comisario de Energía, Miguel Arias Cañete, ha anunciado que "la UE prestará su apoyo a los más afectados por esta transición, a fin de que todos estén preparados para adaptarse a los nuevos requisitos de una economía climáticamente neutra".