La transición energética afecta a todos los negocios alrededor del petróleo. Las compañías petroleras están redirigiendo sus inversiones a energías más limpias que encajen con los nuevos objetivos de reducción de la contaminación. La petrolera francesa Total ha anunciado que transformará una refinería en una planta de producción de biocombustibles y bioplásticos, con una inversión de más de 500 millones de euros.
La transformación de la refinería de Grandpuits (al sureste de París) mantendrá 260 de los actuales 400 trabajadores, y entre los demás se prevé que no haya despidos, gracias a jubilaciones anticipadas y traslados, detalló la compañía en un comunicado.
Las instalaciones comenzarán un proceso de reconversión a comienzos del año próximo, de forma que para 2024 producirán biodiésel -sobre todo para la industria aeronáutica- y bioplásticos, además de que se reciclará plástico y habrá dos plantas fotovoltaicas.
El momento de la reconversión
La refinería de Granpuits estuvo cerrada cinco meses durante 2019 y desde su reapertura funciona al 70 % de su capacidad debido a una fuga del oleoducto que transporta crudo desde el mar hasta sus depósitos.
Total explicó que haría falta sustituir totalmente el oleoducto, un proyecto que le costaría cerca de 600 millones de euros, pero ante los planes gubernamentales para una transición energética con un progresivo abandono del petróleo, la compañía decidió transformar radicalmente la refinería.