Barcelona celebra un fin de semana de puertas abiertas en edificios singulares que habitualmente están cerrados al público. Por primera vez, la histórica planta de Seat de la Zona Franca de Barcelona, inaugurada en 1953, entra en la ruta del festival Open House Barcelona, los días 26 y 27 de octubre, ofreciendo un viaje a los orígenes de la marca de automóviles.
La visita está limitada a 240 personas para garantizar una experiencia agradable y llena de historia por las naves que mantiene Seat en su primer emplazamiento. Entre las curiosidades que se pueden visitar se encuentran los comedores, en los que miles de trabajadores almorzaban a diario mientras fabricaban coches como los míticos Seat 600 o el distinguido 1400. Los comedores son obra de César Ortiz-Echagüe, Manuel Barbero y Rafael de la Joya y fueron los primeros en España en utilizar una innovadora estructura de aluminio inspirada en los hangares de la industria aeronáutica.
El espacio se organiza en forma de peine, creando patios ajardinados conectados por pérgolas que contribuye a romper con la monotonía de la arquitectura clásica de espacios de producción en serie. Un jurado presidido por Ludwig Mies Van der Rohe le otorgó el Premio Reynolds Memorial Award del American Institute of Architecture.
Visita al museo de Seat
Los 240 afortunados que consigan entrar en las instalaciones de Seat podrán ver también un recorrido por los modelos de Seat desde sus orígenes hasta los tiempos recientes, incluyendo agunos vehículos especiales como un Papamóvil. Estas joyas de la historia de Seat estuvieron en peligro hace unos meses en un incendio en un almacén contiguo.
El vicepresidente de Producción y Logística de Seat, Christian Vollmer, ha destacado la importancia que tiene la planta de Barcelona para Seat, ya que además de ser el origen de la marca en la actualidad produce más de 50 millones de piezas al año para Seat y otras marcas del grupo Volkswagen. Elisenda Bonet, directora del festival, afirma que “los pabellones y comedores de Seat son uno de los espacios ‘soñados’ para poder explicar durante el festival. Realmente la calidad estructural del edificio supuso un hito para la época y sigue siendo un claro ejemplo de arquitectura de calidad con carácter social, ya que tuvo en cuenta la importancia de crear espacios exteriores que propiciaran el bienestar de los trabajadores. Todo un emblema”.