El mapa de las futuras fábricas de baterías de Europa tiene un gran vacío por debajo de los Pirineos. De las 22 plantas en construcción o con proyectos en marcha, no hay ninguna en territorio español a pesar de que el país es el segundo fabricante europeo de vehículos. Esta anomalía puede corregirse en los próximos meses gracias al impulso de los fondos europeos Next Generation EU y a los proyectos a los que aspiran, al menos, nueve comunidades autónomas de forma directa o indirecta.     

El tiempo dirá cuáles de estos proyectos de baterías 'made in Spain' saldrán adelante, ya que parece difícil o imposible que todos puedan prosperar si es que realmente van en serio. En los últimos días hemos conocido algunos de estos proyectos basados en alianzas empresariales muy potentes que abarcan un amplio espacio del ciclo de las baterías. Es el caso de Battchain, el proyecto impulsado desde País Vasco que incluye una mina de litio de Extremadura y otras instalaciones de producción y reciclaje en Navarra y Andalucía.

En el entorno de la planta de Ford de Almussafes y con el impulso de la Generalitat ha nacido la Alianza Valenciana de Baterías, que incluye 23 empresas e instituciones para cubrir la producción, montaje, reciclaje e investigación de los acumuladores de energía imprescindibles para la movilidad del futuro.

Pugna entre autonomías

Otras comunidades que aspiran a contar con su propia planta de baterías son Cataluña, Aragón, Galicia y Cantabria, cuyo presidente, Miguel Ángel Revilla, anunió en público que la compañía francesa IDEC Group estaba "seriamente intersada" en abrir un centro de producción con 9.000 empleos. 

Los fabricantes LG Chem y Schneider Electric estarían también interesados en tener una factoría en las naves que dejará libres Nissan a final de este año en el proceso de reindustrialización del fabricante de vehículos que tendría la planta de Seat de Martorell como principal cliente potencial de sus baterías. La Generalitat catalana ha incluido un proyecto sin concretar en la lista de iniciativas que aspiran a recibir fondos europeos.

El secretario general de Industria, Raül Blanco, indicó recientemente que hay dos proyectos más maduros para ubicar plantas de baterías en España que podrían ver la luz próximamente. En la pugna entre comunidades por conseguir esos centros hay diferencias en el grado de proactividad y de trabajo previo realizado en los proyectos. De momento, Valencia y País Vasco con sus aliados han tomado la delantera.

Aumento de la demanda

Por ahora, la demanda de este componente de los vehículos electrificados se cubre en España y en Europa casi en su totalidad con compras a los proveedores asiáticos. Se calcula que de las 142 plantas de baterías a gran escala en todo el mundo, 109 se encuentran en China. Las fábricas de vehículos españolas necesitaron en 2020 baterías para un total de 159.317 automóviles híbridos enchufables y eléctricos, el 7% de toda la producción.

El progresivo incremento de las ventas de vehículos electrificados en todo el mundo elevará la demanda de baterías desde una capacidad de 184 GWh en 2018 a 971 en 2025 y 2.623 en 2030, según el Foro Económico Mundial. Europa necesitará 170 GWh en 2025 y 443 en 2030.

El tren de las inversiones en aumentar la capacidad de producción de baterías ha partido ya y le quedan pocas paradas antes de llegar a su destino. Europa se juega su competitividad en la industria de automoción y evitar situaciones como la escasez de microchips que sufre en la actualidad por la falta de suministro de los fabricantes asiáticos.