El pasado año las matriculaciones de turismos del canal de empresas registraron una caída de más del 5%. Mientras el mercado total creció aupado por particulares subiendo casi un 9% y, sobre todo, por alquiladoras, casi un 27%, -que poco a poco recuperan el terreno perdido por la pandemia, ventas tácticas aparte-, la venta de turismos a empresas rebajó sus cifras en más de 20.000 unidades, hasta las 373.826.

Esta caída del canal de empresas podría, en un principio, explicarse con una caída de la actividad. Pero cuando esto se produce suele haber un descenso de las matriculaciones de comerciales ligeros. Y no es el caso, sino todo lo contrario. Las ventas de este tipo de vehículos donde entran derivados, furgonetas y furgones crecen un 13,6% en el año, hasta las 165.847 unidades, de los que las empresas matricularon 116.466 unidades, casi un 9% más que en 2023. Los comerciales comprados por empresas representan el 70% del total.

Electrificación en las flotas de vehículos

Por un lado, con la Ley de Movilidad Sostenible a punto de aprobarse y con la Directiva CSRD sobre información corporativa de sostenibilidad en pleno auge, que obliga a las empresas de determinado tamaño y características a incluir las emisiones de CO2 de su flota en la huella de carbono de la compañía, cabe preguntarse si es un problema que las empresas no tengan certeza de qué tecnología comprar. ¿Tienen claro cuándo y cómo apostar por algún grado de electrificación en sus flotas?

Porque pese a todo, solo el 5,8% de las compras de las empresas eran turismos cien por cien eléctricos (BEV), por el 7,1% de los particulares, de acuerdo con los datos que nos ofrece GANVAM. Es verdad que la proporción de híbridos enchufables (PHEV) es mucho mayor en empresas que en el caso de particulares, suponiendo un 8,7% por el 4,8 de los segundos, de forma que el balance total de electrificados con enchufe de las empresas es de 14,6% frente a casi el 12% de los particulares. Las alquiladoras hacen la guerra por su cuenta. En conjunto suman 4,2% (1,5% BEV y 2,7% PHEV, respectivamente).

Si sumamos BEV y PHEV y todos los tipos de híbridos, nos encontramos con que el 53% de las compras de empresas tenían algún tipo de electrificación, menos que las compras de particulares, con el 55,5%. En el caso de las alquiladoras, suponen apenas el 32%.

Las empresas no renuncian al diésel

Pero las empresas no están renunciando tan fácilmente al diésel. Tras unos primeros años en los que la caída fue más abrupta, ésta se ha moderado en los últimos ejercicios.  Algo que queda patente en las matriculaciones de vehículos de renting, sector en el que las empresas representan el 85% de la flota. La caída de 2020 al 2021 fue del 10%, mientras que desde entonces es de en torno al 2% anual. En total desde 2019 el diésel ha bajado 20 puntos porcentuales, del 53,3% hasta el 33,12%. Incluye todo tipo de vehículos si bien el 80% de las matriculaciones de renting son turismos y todoterrenos.

Muchas empresas no renuncian a comprar vehículos diésel, sobre todo ante necesidades concretas. Tal y como comentaba hace unos días el presidente de la Asociación Española del Renting, José-Martín Castro Acebes, “si bien la evolución hacia las nuevas tecnologías está siendo relativamente rápida -hablamos de hibridación- en el momento actual el cliente de renting consolida un TCO (coste total) estable y bajo”.

Un hecho más acusado en vehículos destinados a logística o distribución, de forma que "hasta que no estén al mismo nivel de costes no se va a producir ese cambio", afirma. Y todo ello dejando aparte los problemas derivados de la instalación de puntos de recarga para las flotas en áreas como polígonos o parques empresariales.

Cambios en la política de las empresas

Otro de los factores que inciden en una disminución de la venta de vehículos a empresas es el incremento de los precios. Las compañías están revisando constantemente sus políticas de retribución en especie a sus empleados sobre todo desde que los precios de los vehículos se han incrementado casi un 40% en los últimos cinco años. Las empresas que van a renovar su contrato de renting se encuentran con que un modelo equivalente les supone un desembolso un 30% superior. Eso si hablamos de un modelo equivalente. En el caso de electrificados o eléctricos puede ser incluso superior.

Lo uno por lo otro, el caso es que las empresas, que se supone que tienen que dinamizar el mercado de segunda mano y llenarlo de coches eléctricos, están de alguna manera estancadas. En definitiva, aunque la tendencia hacia la electrificación es clara, la evolución del mercado empresarial en el sector automovilístico dependerá de la evolución de las políticas de incentivos, la reducción de costes operativos y la mejora de la infraestructura de recarga son factores que aún determinan la resistencia al cambio de muchas empresas.