Los coches más contaminantes registrados en Cataluña pagarán un nuevo impuesto a partir de 2019. El Govern ha anunciado su intención de resucitar el impuesto que fue paralizado temporalmente por el Tribunal Constitucional debido a un recurso del Ejecutivo central contra la ley catalana de cambio climático. El 'conseller' de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, Damià Calvet, anunció en su comparecencia en el Parlament para explicar su hoja de ruta la recuperación del "impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica" que inicialmente se tenía que haber aplicado en enero de 2018. El Govern aprovecha el levantamiento de la paralización ordenada por el Constitucional en abril pasado y la llegada a La Moncloa del nuevo gabinete socialista de Pedro Sánchez para aplicar el gravamen exclusivo de la comunidad autónoma de Cataluña.
Recaudación previsto por el nuevo impuesto sobre el CO2
El objetivo de la Generalitat es comenzar a aplicar el impuesto sobre el CO2 a mediados del año que viene. "El cambio climático no espera y nosotros no esperaremos para crear un fondo climático", indicó el 'conseller' en referencia a que el destino de la recaudación del nuevo impuesto, que se estima en unos 77 millones, será a partes iguales un nuevo fondo climático y otro de patrimonio natural. Damià Calvet ha ido más allá y, además de resucitar el impuesto sobre el CO2, ha manifestado su intención de buscar la mayoría suficiente en el Parlament para llevar a cabo un paquete de medidas fiscales para "desincentivar todo aquello que perjudica el medio ambiente e incentivar lo que se alinea con los objetivos de protección del medio".
El nuevo impuesto del CO2 de Cataluña puede suponer unos 300 euros al año
El nuevo impuesto sobre el CO2 de los vehículos se pagará cada año con unos tramos que inicialmente preveían la exención de los vehículos con unas emisiones por debajo de 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y a partir de ahí impone un gravamen de 0,70 euros a 1,40 por cada gramo. Para los coches más contaminantes que emitan más de 200 gramos de CO2/km, el impuesto puede suponer alrededor de 300 euros anuales. Para la mayoría de los vehículos situados en una media de 120 gramos, el nuevo impuesto les costará unos 80 euros al año. Quedarán exentos del impuesto los vehículos diplomáticos, de administraciones, ambulancias y de personas con movilidad reducida. La puesta en marcha del nuevo impuesto ambiental de la Generalitat se produce en un momento en el que el Ejecutivo central baraja la posibilidad de aumentar la carga fiscal del diésel para equipararla con la de la gasolina y en medio de una presión creciente sobre el gasóleo, del que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró que "tiene los días contados".