Mientras el mundo entero se adapta a la nueva realidad impuesta por el Covid-19, observamos cómo el sector de movilidad se enfrenta al impacto resultante de las repentinas medidas de distanciamiento social, así como las estrictas restricciones a la movilidad personal y el transporte aplicadas para controlar esta pandemia.

En su carta a los máximos dirigentes de la Unión Europea, la IRU (International Road Transport Union) ha indicado que a finales de marzo se ha llegado a un nivel de contracción del 85% en los ecosistemas de movilidad de varias ciudades europeas. Esto sin considerar el coste adicional de desinfectar vehículos e infraestructuras, ni la amenaza inmediata a la viabilidad económica de muchas empresas y 'stakeholders' en el sector.

No obstante, es evidente que esta coyuntura acelerará cambios necesarios para el impulso de la sostenibilidad y la innovación, particularmente en un sector que ya se encontraba en medio de una profunda reinvención desde antes de iniciarse esta crisis.

A continuación, resumimos algunas de las tendencias y estrategias de adaptación que podemos anticipar para el sector de movilidad como consecuencia de esta crisis.  

Movilidad a corto plazo

A corto plazo, la prioridad actual para el grueso de la población es quedarse confinados en casa de forma temporal. Por tanto, vemos cómo el foco de la movilidad terrestre se focaliza en las entregas a domicilio, potenciando la logística de “última milla” gestionada por canales digitales. Parece claro que, tras este periodo de transición, ofrecer productos a domicilio será vital para la supervivencia de muchísimos establecimientos y negocios

Una buena noticia que podemos derivar de esta crisis es la rápida capacidad de respuesta de fabricantes y proveedores de automoción para reconvertirse temporalmente y aportar soluciones a la urgencia sanitaria (por ejemplo, uniendo sus esfuerzos para facilitar el transporte de personal y material sanitario, fortaleciendo las cadenas de suministro de equipamiento y material sanitario, reorientando la producción temporal de sus líneas para la fabricación de respiradores, la producción de geles desinfectantes o utilizando el parque disponible de impresoras 3D para la producción de mascarillas de protección entre otras múltiples iniciativas). 

Por otro lado, los operadores de la Shared Mobility están poniendo en marcha distintas acciones a nivel Europeo para evitar desactivar temporalmente sus servicios y reorientar su actividad hacia nuevos colectivos con necesidad de movilidad en tiempos de cuarentena (personal sanitario, repartidores y operadores de última milla, empresas de entregas a domicilio y restauradores locales, plataformas de comercio electrónico...), revisando sus políticas de pricing dinámico por tarifas fijas inferiores y/o cancelando las opciones de compartir rutas (pooling service) de forma temporal, entre otras decisiones.

Impacto en las 'startups'

Tendremos que ver cuál será el impacto futuro de estas startups que de momento se han visto forzadas en su mayoría a pulsar el botón de “stand-by” en sus aplicaciones. Esta, a su vez, puede transformarse también en una oportunidad para replantear su relación y nivel de integración con los servicios de transporte público una vez superemos esta crisis. Algunos ya lo están haciendo durante la crisis ofertando sus servicios de movilidad a colectivos de riesgo (Ej. bonos de transporte seguro en taxi o ride-hailing para personas mayores con necesidad de desplazamiento puntual) o activando rutas de transporte nocturno para el personal sanitario o de servicios esenciales.

En el medio plazo, los pronósticos más optimistas apuntan a que la fase de recuperación de la economía mundial se extenderá durante el resto del año y buena parte de 2021. Al mismo tiempo, es muy probable que los gobiernos mantengan ciertas medidas de prevención contra posibles nuevos brotes del virus durante este período, por lo que la agilidad, la capacidad de adaptación y as sinergias público-privadas serán componentes cruciales para que la movilidad logre responder a esta realidad.

Asumiendo una menor densidad de tránsito, esto podría implicar el impulso de nuevos modelos de negocio durante el proceso de recuperación, como la posible implementación de modelos de tarifa plana para segmentos específicos de usuarios, en lugar de “tarifas dinámicas” que dependen de alta densidad o del nivel de ocupación. 

Asimismo, muchas empresas tendrán que explorar la puesta en marcha inminente y el incremento en las entregas y logística de última milla, potenciando las nuevas demandas derivadas del mayor consumo en el hogar y el auge del teletrabajo. 

Durante este período, es difícil vislumbrar un contexto favorable para el fomento de la movilidad compartida o las inversiones en transporte público, salvo aquellas relacionadas con el asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias. Un ejemplo es la tecnología de pago contactless, que indudablemente se adoptará más rápido para el transporte público donde todavía no haya sido implementada.

Más transporte unipersonal

En el medio plazo, es muy posible que el entorno económico y epidemiológico sea más favorable para el transporte unipersonal, donde los coches particulares, bicicletas y patinetes eléctricos podrían salir más beneficiados, especialmente si cuentan con tecnologías auto-desinfectantes para sus superficies. Esto es lo que ha ocurrido recientemente en China con un repunte de las ventas de vehículos por parte de los particulares.

En cuanto a los concesionarios de automoción, aún es demasiado pronto para saber con certeza el impacto generado por la fuerte caída de las matriculaciones, aunque sin duda requerirá de urgentes medidas y/o ayudas gubernamentales si se quiere mantener la actividad comercial y productiva de la segunda mayor industria nacional después del turismo. En este sentido es necesario el impulso de los canales digitales, así como el desarrollo de nuevos servicios de movilidad como el renting flexible o los servicios de suscripción que permitirán una contratación temporal de la movilidad sin fuertes compromisos financieros. Habrá que tener en consideración también los servicios contact-less sin interacción personal y de entrega/recogida a domicilio en la postventa.  

Auge del Big Data

Por último, a largo plazo, la tendencia seguramente se mantendrá hacia una mayor conectividad y electrificación de la movilidad. Con o sin Covid-19, éste es un sector donde será cada vez más necesario satisfacer necesidades diversas y personalizadas, sumando a la capacidad de mover personas y mercancías de manera eficiente. 

La conducción autónoma y las tecnologías que la soporten como el Big Data y la block-chain jugarán un papel relevante para impulsar una movilidad más segura y eficiente en las grandes ciudades, así como la rápida respuesta ante futuras emergencias sanitarias.

Conforme se levanten las restricciones sanitarias y se recuperen los patrones de circulación, la gestión de los datos será imprescindible para formalizar un rápido intercambio de información, así como el impulso de las nuevas colaboraciones de perfil público-privado que estamos observando como resultado de esta crisis. Esto representa una oportunidad no sólo para identificar posibles sinergias, sino también, para poner en marcha futuras acciones preventivas contra la congestión vial y la contaminación medioambiental. 

La superación de esta crisis representa una oportunidad para que, junto al resto de industrias y sectores de la economía, trabajemos hacia una mayor preparación y capacidad de reacción ante futuras emergencias imprevistas. 

En un esfuerzo de una movilización sin precedentes contra una pandemia global, debemos destacar la rápida capacidad de adaptación de los sectores de la movilidad para aportar valor a la sociedad y contribuir a ofrecer soluciones tangibles. 

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David OrtegaProfesor de EADA Business School y socio-director de Improva Consulting.

Andrés VedovaConsultor experto en Mobility Services de Improva Con