La decisión supone un golpe para el sector del automóvil, que había advertido de los efectos negativos de un objetivo considerado como poco realista. La eurodiputada socialista de Malta Miriam Dalli respondió exultante a la aprobación de su informe en el que se basa la propuesta de nueva regulación para la reducción de las emisiones de CO2 en los próximos años. Sin embargo, los eurodiputados han concedido al sector un leve rebaja del objetivo para 2030 del 45% al 40% finalmente. El pleno del Parlamento Europeo celebrado este miércoles en Estrasburgo ha aprobado los nuevos objetivos con un 58% de los votos.
La propuesta de la eurodiputada Miriam Dalli ha contado con 389 votos favorables, 239 en contra y 41 abstenciones. De esta manera, la Eurocámara devuelve a la Comisión Europea un texto legislativo que recibió nuevas aportaciones y que se endureció en algunos aspectos durante los debates en las comisiones competentes. "Estoy más que satisfecha de que el Parlamento Europeo haya asumido que el camino por delante es tener coches limpios en nuestras carreteras. Es una victoria para nuestros niños, nuestros trabajadores, los consumidores y ciudadanos. El futuro es brillante. El futuro es limpio", ha proclamado la diputada ponente del texto aprobado.
La eurodiputada socialista francesa Christine Revault d'Allonnes-Bonnefoy, que también intervino en la tramitación del proyecto legislativo, se ha felicitado por la "victoria de la democracia europea" frente a la enorme presión del lobby de la industria automovilística. En los últimos meses, la patronal europea de fabricantes de vehículos (ACEA) así como los sindicatos habían alertado de las graves consecuencias que podía tener la aprobación de unos objetivos de reducción de CO2 demasiado ambiciosos. En cambio, Miriam Delli ha defendido que la nueva normativa tiene mecanismos para salvaguardar el sector productivo y que permitirá a la industria adaptarse a la mayor exigencia de respeto al medio ambiente.
Los fabricantes esperan que rectifiquen el texto aprobado con más "realismo"
En una primera reacción después de la aprobación de la norma en el pleno del Parlamento Europeo, ACEA ha mostrado su rechazo y ha manifestado su esperanza de que los gobiernos de la Unión Europea aporten "realismo" en el texto que será aprobado en unos días. "Solo podemos esperar que los gobiernos nacionales traigan algo de realismo a la mesa cuando adopten su posición común sobre los futuros objetivos de CO2 la próxima semana", ha manifestado Erik Jonnaert, secretario general de ACEA en un comunicado. "Estamos particularmente preocupados por los objetivos de reducción de CO2 extremadamente agresivos y la imposición de cuotas de ventas para vehículos eléctricos con batería que los eurodiputados han respaldado. El voto de hoy corre el riesgo de tener un impacto muy negativo en los puestos de trabajo en toda la cadena de valor de la automoción", ha asegurado el representante de las multinacionales fabricantes.