Greta Thunberg tiene razón en su lucha contra el cambio climático. La perseverancia y la potencia del discurso de la activista adolescente sueca ha conseguido generar un movimiento de niños y jóvenes de todo el mundo para alzar su voz en defensa del planeta Tierra. Entre sus reivindicaciones se encuentra el fin del petróleo para reducir las emisiones de gases.
El movimiento que se ha creado alrededor de Greta Thunberg con la huelga por el clima del viernes pasado tiene más importancia de lo que parece. No solo porque haya reunido a cientos de miles de jóvenes en todo el mundo (un millón según la líder del movimiento), sino también porque el clamor proviene de una generación que marcará el futuro.
Generación de petroleofóbicos
Los fabricantes de automóviles no pueden ignorar a las miles de Gretas que se han organizado y han salido a la calle para reclamar un planeta libre de combustibles fósiles. En el manifiesto fundacional del movimiento reclaman que se detenga de forma inmediata la extracción de petróleo y la supresión de todas las ayudas a los combustibles fósiles, junto a una transición más rápida de lo previsto a una energía 100% limpia y el auxilio a las víctimas del cambio climático.
La nueva generación de petroleofóbicos será también la de los futuros clientes de las marcas de automoción o, al contrario, se pueden convertir en la peor pesadilla de los fabricantes si esos jóvenes huyen del mercado de vehículos. Por eso es importante que la industria del automóvil escuche el mensaje de la huelga contra el cambio climático porque les concierne de lleno. Al igual que las administraciones, que tienen que velar por el planeta que dejan a las futuras generaciones. ¿Cómo se moverá Greta en el futuro?