En un giro estratégico significativo, General Motors (GM) ha anunciado su decisión de abandonar el desarrollo de robotaxis y centrar sus esfuerzos en los sistemas avanzados de conducción autónoma para vehículos particulares. Este movimiento marca un punto de inflexión en la carrera por liderar la conducción autónoma, dejando el camino despejado para competidores como Tesla y Waymo.

Un accidente que cambió el rumbo

El replanteamiento de GM llega tras el polémico accidente protagonizado en 2023 por uno de los vehículos autónomos de su filial Cruise en San Francisco. El robotaxi atropelló a un peatón que había sido golpeado previamente por un coche con conductor, y la maniobra para estacionar terminó arrastrando al herido varios metros. Este incidente llevó a las autoridades a retirar la licencia de operación a Cruise, dejando a la empresa en una situación delicada.

Tras el accidente, Cruise despidió a 900 empleados, aproximadamente el 25% de su plantilla, y comenzó a replantear sus actividades bajo una estricta supervisión regulatoria. Aunque GM mantuvo el desarrollo en marcha durante un tiempo, la compañía ha decidido ahora redirigir sus recursos.

Financiación detenida y cambio de estrategia

“GM no financiará más el trabajo de desarrollo de robotaxis de Cruise, dado el tiempo y los recursos considerables necesarios para evolucionar la empresa”, señaló el fabricante en un comunicado. En su lugar, GM dirigirá sus esfuerzos hacia la creación de sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS), como la tecnología Super Cruise, para vehículos particulares, un área donde ve mayor potencial comercial.

Esta decisión deja a Cruise, una de las primeras compañías en desplegar taxis autónomos en ciudades como San Francisco, sin un papel central en la estrategia de GM, que ahora busca aplicaciones más inmediatas y rentables para su tecnología de conducción autónoma.

Un mercado competitivo

Mientras GM se retira del segmento de los robotaxis, Waymo, filial de Alphabet, se consolida como líder en este mercado, con una presencia dominante en ciudades como Phoenix y San Francisco. Tesla, por su parte, ha aprovechado el momento para presentar su robotaxi Cybercab, aunque su producción no comenzará antes de 2026.

A pesar de la creciente competencia, el mercado de los taxis autónomos enfrenta desafíos significativos, desde la regulación hasta la aceptación pública, pasando por cuestiones de seguridad tras incidentes como el de Cruise.

Waymo, líder a la espera de Tesla

La decisión de GM de priorizar los sistemas de conducción autónoma para uso personal responde a una tendencia de mercado en la que los fabricantes buscan integrar tecnologías avanzadas en vehículos convencionales. Esto no solo promete rentabilidad más inmediata, sino que también permite a GM mantener su posición como líder en innovación sin los riesgos asociados al despliegue masivo de flotas autónomas.

El cambio estratégico también refleja un reconocimiento de las dificultades económicas del modelo de robotaxis, que requiere una inversión masiva y genera rentabilidad limitada en el corto plazo. Según analistas, la reorientación hacia sistemas de asistencia avanzada podría acelerar la adopción de vehículos autónomos al poner estas tecnologías directamente en manos de los consumidores.

Con GM fuera del juego de los robotaxis, la atención se centra ahora en Tesla y Waymo. Tesla, con su Cybercab, apunta a revolucionar el mercado en 2026, mientras que Waymo sigue expandiendo su red de robotaxis, consolidando su liderazgo.