La Semana Europea de la Movilidad se ha centrado este año 2023 en la búsqueda de la eficiencia energética mediante el impulso de la combinación de medios de transporte. "¡Combina y muévete!", proponía la Unión Europea. Los ministros de Transportes de la UE proclamaron en la Declaración de Barcelona unas políticas que garanticen "una movilidad accesible, asequible y equitativa" con la senda de la descarbonización. Sin embargo, los propósitos de la Semana de la Movilidad han recibido varios impactos que muestran la resiliencia de la movilidad privada basada en el petróleo.


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Mientras el Ministerio de Transición Ecológica pregonaba los objetivos de la Semana de la Movilidad y los ministros de Transportes firmaban la Declaración de Barcelona, el mismo Gobierno proponía un borrador que rebaja los objetivos de la norma Euro 7 de reducción de emisiones de los vehículos de combustión. El Ejecutivo español ha sido de los más discretos en su posicionamiento sobre esta nueva vuelta de tuerca a la gasolina y el diésel, hasta el punto que se desmarcó de un grupo de ocho países encabezados por Francia que firmaron una proclama en contra de Euro 7 utilizando los argumentos de los fabricantes de vehículos: es una norma poco útil, inoportuna y cara.

Las rebajas introducidas han llevado a los ecologistas de Transport & Environment a calificar de "reglamento de broma" la propuesta española, que no solo reduce las exigencias sino que retrasa su entrada en vigor. 

Rebeldes en las zonas de bajas emisiones

Ese fue un duro golpe a la movilidad sostenible en la Semana Europea de la Movilidad de 2023. Pero hubo otros impactos que van en la misma dirección de reducir la velocidad de la transición ecológica. Las zonas de bajas emisiones, que solo son una realidad en un puñado de municipios, van camino de sufrir más retrasos y de diluirse. El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha concretado en qué consiste su lema de "Badalonismo" en relación con al movilidad: perdonar durante tres años a los coches más viejos sin etiqueta alegando que los vecinos no lo han elegido por mayoría muy absoluta para que les fría a multas. 

Tiene razón en el desarrollo insuficiente de alternativas para la transición ecológica de los badaloneses por falta de una red de metro y de bus aumentada y más capilar y eficiente, por ejemplo. Sin embargo, está en su mano ayudar a sus vecinos para que puedan utilizar más el transporte público o puedan acceder a cambiar su vehículo por otro con etiqueta. Bastaría con dedicar una partida económica a ayudas a los ciudadanos, como ya hacen otros ayuntamientos con zonas de bajas emisiones en vigor. 

La respuesta del Gobierno, a través de las ministras Teresa Ribera y Raquel Sánchez, ha sido firme al advertir de que Albiol y el resto de alcaldes rebeldes con las zonas de bajas emisiones se la juegan si incumplen la ley porque serán denunciados y tendrán que devolver subvenciones recibidas para el impulso de la movilidad sostenible. La guerra política ha llegado, también, a la política de movilidad.

Más pobreza de movilidad

Por último, los buenos propósitos de la Semana Europea de la Movilidad han sido cuestionados por Rishi Sunak al anunciar que el Reino Unido ya no quiere ser el abanderado de la descarbonización y retrasa el veto a los vehículos de combustión de 2030 a 2035. El argumento de Sunak es parecido al de Albiol: no podemos forzar a los ciudadanos a asumir tantos sacrificios. 

Las desigualdades socio-económicas que siempre han existido en la movilidad parece que se recrudecen a medida que avanzamos hacia la transformación del petróleo a las baterías. En ese punto coinciden los rebeldes de la movilidad sostenible con la Administración. En la Declaración de Barcelona, los ministros de Transportes se comprometen a aportar datos completos y coherentes para "evaluar el alcance de las disparidades en el transporte y mitigar los casos de pobreza de movilidad". Tal como va la transición, ese punto debería ser una prioridad para dirigir adecuadamente las políticas de movilidad y los incentivos y paliativos a las empresas y los ciudadanos.