Más que unas alegaciones, Foment del Treball ha presentado una enmienda a la totalidad a la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona. La patronal catalana, en la que están integrados los concesionarios y los fabricantes de vehículos, reclama cambios en profundidad en la normativa sobre restricciones de tráfico en la capital catalana como, por ejemplo, la concesión de ayudas a los propietarios de coches viejos para cambiarlos por otros nuevos mucho menos contaminantes y que puedan circular por la ciudad sin problemas.
"Esta norma tiene una aplicación relativamente apresurada", según explica Foment en sus alegaciones a la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, que entra en vigor el 1 de enero de 2020. La patronal parte de la premisa de que comparte el objetivo de lograr una movilidad sostenible que permita resolver el impacto de las emisiones en la salud y en la calidad del aire".
Ayudas para renovar el parque
Pero Foment discrepa profundamente sobre la forma de luchar contra la contaminación y sobre los plazos. "La prioridad esencial tiene que ser la renovación del parque de vehículos pero en ningún caso puede sustentarse únicamente en la prohibición”. Por ello, la patronal defiende que se facilite la obtención de ayudas e incentivos que permitan esta renovación gradual.
Además, recuerda que el veto a la circulación de coches sin etiqueta ambiental de la DGT tendrá un "especial impacto en las clases sociales con menor poder adquisitivo" porque son los que tienen más vehículos con más antigüedad afectados por las restricciones de tráfico. El Ayuntamiento de Barcelona estima que la Zona de Bajas Emisiones afecta a unos 50.000 vehículos, a los que se impondrán multas en caso de acceder a la ciudad sin disponer de distintivo de la DGT o de autorización temporal.
Sin mencionarlo, Foment reclama al Área Metropilitana de Barcelona y a los ayuntamientos que la forman que sigan los pasos del Ayuntamiento de Madrid, que ha anunciado un plan en sustitución de Madrid Central con una dotación de 200 millones para subvencionar la renovación de los coches viejos durante cuatro años. La respuesta inicial del Ayuntamiento de Barcelona a las peticiones de ayudas fue argumentar que no era competencia municipal, algo que no ha impedido a Madrid destinar 200 millones.
La petición de Foment recoge las críticas que hizo el presidente del Gremi del Motor y de la Federación del Motor de Cataluña (Fecavem), Jaume Roura, que pidió que se dé una alternativa realista para los propietarios de vehículos afectados por las restricciones de tráfico en Barcelona.
Implantación gradual
Además, los empresarios catalanes piden en sus alegaciones que se tengan en cuenta las "condiciones reales de las emisiones de los vehículos" en lugar de basarse solo en el año de matriculación y en la etiqueta que le corresponde. Asimismo, pide que se deje circular a los vehículos que lleven a cabo mejoras en sus motores para reducir sus emisiones como por ejemplo la conversión al gas natural.
Ante el apresuramiento que denuncia la patroal, Foment reclama disponer de "un calendario de implantación realista con una implantación proporcional de forma cuidadosa y gradual". Para ello se deberían tener en cuenta el objetivo medioambiental, las posibilidades técnicas y las capacidades de producción, según los empresarios.