La movilidad eléctrica en España es más un deseo que una realidad. Un informe de la Comisión Europea da un repaso a la electromovilidad de España, que está por debajo de la media europea en puntos de carga y en cuota de mercado de los nuevos vehículos eléctricos. La lección que da Bruselas a España es hay otros países que lo están haciendo mucho mejor en el impulso de la movilidad eléctrica.
El desarrollo de una red de puntos de carga es un elemento indispensable para que los consumidores pierdan el miedo a quedarse tirados porque se han agotado las baterías. La industria está cansada de recordarlo y de reclamar a las administraciones españolas que transformen sus intenciones en hechos. Pero la realidad está muy lejos de los países avanzados en la electromovilidad.
España contaba en 2017 con 16,97 puntos de carga por cada 100.000 habitantes urbanos, una cifra muy por debajo de otros países de un tamaño similar al de España y más pequeños pero mucho más avanzados. La media europea es de 52,10 postes de recarga por cada 100.000 habitantes urbanos.
Menos coches eléctricos
El Estado español ocupa la posición número 10 en el ranking europeo de países con más red de carga de coches eléctricos. Como consuelo para los malos resultados de España, hay otros países que están incluso peor: Hungría (15,52), Lituania (12,67), Italia (9,44), Letonia (7,25), Bulgaria (7,10), Polonia (5,71), Rumanía (4,41), Chipre (4,21) y Grecia (0,78).
Los países aventajados en dar más seguridad a los propietarios de vehículos eléctricos son Holanda (260), Dinamarca (197,40), Austria (130,60), Suecia (94,25) y Francia (86,64).
En el ámbito del mercado de nuevos vehículos propulsados por baterías, España también está peor que la media europea al tener una cuota del 0,61% frente a un promedio en la UE del 1,44%. España ocupa la posición número 15, a mucha distancia de los países abanderados de las movilidad eléctrica encabezados por Suecia, con una cuota de mercado del 5,28%, Bélgica (2,68%) y Finlandia.