El 'dieselazo' se quedará en una subida de 3,7 céntimos de euro por litro de diésel. El incremento del impuesto sobre el gasóleo será del 12% al pasar de 307 euros por cada 1.000 litros a 345 euros, 38 euros más a partir de enero. La media de 3,7 céntimos por litro que supone ese encarecimiento queda mucho más diluido en el precio medio del litro de gasóleo, situado ahora en 1,247 euros el nivel máximo desde noviembre de 2014. El temido 'dieselazo' que denunciaban los fabricantes y concesionarios se quedaría en un alza de 3% en el precio final del litro de diésel. Si se aplicara hoy la subida del impuesto, el litro costaría alrededor de 1,280 euros.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido la encarga de pinchar el globo del 'dieselazo'. En declaraciones a RNE, la ministra ha indicado que la subida equivale a 3,3 euros mensuales para el conductor medio, que recorre unos 15.000 kilómetros al año. Cada vez que se llene el depósito, habrá un sobrecoste medio de unos 2,15 euros.
El Gobierno aclara que la subida del diésel no tiene afán recaudatorio
Esta cuantificación ha llevado a la ministra de Hacienda a calificar la medida de "granito de arena para nuestros nietos y biznietos puedan disfrutar de un planeta verde". Se trata de una subida que no tiene afán recaudatorio porque "no se va a notar en el bolsillo de los ciudadanos", sino que pretender ser disuasoria para proteger el medio ambiente. Sin embargo, no queda claro si en próximos años se seguirá subiendo el impuesto hasta equiparlo con el de la gasolina, que es de 400 euros por cada 1.000 litros frente a 345 del diésel a partir de enero.
Críticas de la OCU a la persecución del diésel
Las explicaciones de la ministra de Hacienda no han convencido a la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que considera "injusta e ineficaz" la subida del impuesto sobre el gasóleo. "OCU no comparte la persecución que desde el Gobierno y desde algunos ayuntamientos se está llevando a cabo contra los vehículos con motores diésel y cree que esta debería hacerse hacia los coches más contaminantes, sean del combustible que sea", indica la organización. Para la OCU, la equiparación entre diésel y gasolina debería hacerse a la baja y no al alza.