Al ritmo actual, las ventas de coches eléctricos tardarán décadas en conseguir una cifra que no sea meramente simbólica. En España siguen ancladas en una cuota de mercado del 1,5% incluyendo los coches híbridos. Pero a la nueva movilidad ecológica le ha salido un nuevo aliado. La reciente Cumbre del Clima convocada por las Naciones Unidas se ha propuesto un ambicioso objetivo que puede catapultar las matriculaciones de vehículos propulsados por baterías.
La declaración aprobada por la Cumbre del Clima de la ONU establece el reto de aumentar como mínimo un 30% la presencia de coches eléctricos en las ciudades en 2030. Si se logra ese objetivo, la ONU calcula que las emisiones de dióxido de carbono se reducirán un 30% en las áreas urbanas hasta 2050. El impulso a los vehículos sin emisiones es uno de los puntos del plan de acción adoptado en el área de transporte de la cumbre.
La declaración de las Naciones Unidas no se anda con remilgos respecto al papel del transporte en la generación de gases de efecto invernadero. El aumento previsto de esos gases en un 50% hasta 2030 y un 80% hasta 2050 "estará causado principalmente por el incremento del parque de vehículos. Los datos de 2009 muestran que la actividad del transporte mundial era la causante de un 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero y del consumo de una quinta parte de la energía gastada.
Riesgo de quedar en agua de borrajas
Las medidas del plan de acción aprobado, que incluyen también el fomento del transporte público, la movilidad no motorizada y la eficiencia energética, permitirán ahorrar hasta 70.000 millones de dólares hasta 2050, según los expertos de la ONU.
Una vez fijados los objetivos, corresponde a cada país establecer la forma de conseguirlos, lo que se puede convertir en el principal handicap de los bienintencionados planes de la ONU. Sin una estrategia bien planificada, incentivos, inversiones en puntos de recarga, una campaña de concienciación social y el apoyo de los fabricantes no será posible lograr ese aumento del 30%.