En la nueva serie Upload, de Amazon Prime Video, el protagonista sufre un accidente con un coche autónomo que provoca la incredulidad y las carcajadas del resto de personajes. "¿Un accidente en un coche autónomo? Debes estar bromeando", aseguran al enterarse. En esa visión del futuro, los humanos ya no tienen accidentes de tráfico gracias a la inteligencia artificial. Sin embargo, un reciente estudio rebaja la euforia de los guionistas al constatar las limitaciones de la conducción autónoma.
Los vehículos que conducen por sí solos, sin intervención humana, sólo serán capaces de evitar un tercio de los accidentes que ocurren hoy en día y que son fruto de los errores cometidos por los conductores, según un informe aparecido este jueves que pone en duda cifras más optimistas ofrecidas por el sector. El Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), una de las instituciones más respetadas en Estados Unidos sobre seguridad en el transporte, señaló que para que la tecnología de la conducción automática realmente ayude a evitar la mayoría de accidentes, la programación debe concentrarse en seguridad más que en velocidad y comodidad.
El estudio, que analizó más de 5.000 informes policiales de accidentes de tráfico, concluyó que algo más de 9 de cada 10 accidentes que se producen en Estados Unidos son fruto de errores cometidos por los conductores. El año pasado, 36.000 personas murieron en Estados Unidos a consecuencia de accidentes de tráfico.
Accidentes por errores humanos
Y aunque la tecnología de la conducción autónoma ha sido presentada en los últimos años como una garantía para evitar la mayoría de esos accidentes, sólo un tercio serían evitables porque las decisiones deliberadas de los conductores, como la velocidad o maniobras ilegales, causan hasta un 40 % de los accidentes según los datos.
La principal autora del estudio, Alexandra Mueller, científica investigadora de IIHS, señaló en un comunicado que "producir coches autónomos que conduzcan también como las personas es un gran desafío. Pero tienen que ser mejores para que se hagan realidad las promesas que todos hemos escuchado".
Los más de 5.000 accidentes estudiados por IIHS fueron divididos en cinco grandes categorías por los investigadores. En la primera categoría se incluyeron los causados por errores en los sentidos o percepción, como distracción del conductor, escasa visibilidad o la incapacidad de prever peligros. La segunda son errores de predicción, como cuando uno se equivoca al calcular las velocidades de otros vehículos. Otras dos categorías fueron errores de planificación y decisión, como conducir demasiado rápido o lento, y los de ejecución y rendimiento, aquellos en que no se actúa de forma adecuada, como una maniobra evasiva. La quinta y última categorías de accidentes fueron los provocados por el consumo de alcohol o drogas o por quedarse dormido al volante, es decir, por incapacitación. Los investigadores incluyeron también accidentes inevitables, como los causados por el reventón de una rueda.
Percepción de los sensores
Con estas categorías, los investigadores consideraron vehículos autónomos que eviten los accidentes causados por errores de percepción o la incapacitación de los conductores porque cámaras y sensores estarán capacitados para detectar mejor los posibles peligros que los conductores humanos. Pero los accidentes causados por errores de percepción sólo representan un 24 % del total y los de incapatiación un 10 % por lo que los investigadores concluyeron que los vehículos autónomos sólo serían capaces de evitar un tercio de los accidentes que se producen.
Mueller concluyó que el análisis muestra que "sería crucial que los diseñadores den prioridad a la seguridad sobre las preferencias de los ocupantes si los vehículos autónomos quieren cumplir la promesa de ser más seguros que los humanos".