Los anuncios de los nuevos coches eléctricos pintan un mundo maravilloso: vehículos ecológicos, con potencia máxima desde el inicio y posibilidad de recargar las baterías en 15 o 20 minutos. Pero la nueva tecnología tiene algunas incógnitas y riesgos. ¿Tiene algún efecto sobre las baterías la recarga rápida?
Los fabricantes de automóviles y las administraciones apuestan por instalar postes de recarga rápida para crear una red que dé seguridad y tranquilidad a los conductores de turismos eléctricos para evitar así la pesadilla de quedarse tirados en la carretera con la batería a cero. En Barcelona, el Ayuntamiento y Nissan están instalando 20 puntos de carga rápida en Barcelona y el área metropolitana como paso previo para atraer a compradores de la furgoneta e-NV200 y del turismo compacto Leaf.
Sin embargo, los expertos no están 100% convencidos de que las baterías de ion-litio no tengan nada del temido efecto memoria de sus antecesoras con tecnología más antigua y materiales menos eficientes. En las jornadas celebradas en el colegio de ingenieros técnicos de Barcelona en el marco de la ferias Expoelèctric, se puso sobre la mesa el peligro de que las baterías sometidas a repetidas cargas rápidas vayan perdiendo capacidad y potencia con el tiempo.
Baltasar López, responsable de experimentación con baterías en el centro tecnológico Ascamm, aseguró que "la carga rápida reduce la vida de la batería y la potencia disponible". Para solventar ese handicap, los fabricantes suelen dar "baterías sobredimensionadas" para que cuando envejezcan el conductor "tenga la sensación de plena potencia gracias a un 'truquillo' para satisfacer al cliente".
No es eso lo que publicitan las marcas a la hora de vender sus coches. Con los años se comprobará si las cargas rápidas tienen ese efecto temido y se irán despejando otros problemas. A juicio de Ramon Pruneda, coordinador del programa de vehículo eficiente Live de Barcelona, hay que despejar las incógnitas del valor residual de los vehículos con el paso de los años para solucionar el problema actual de que las aseguradoras trabajan con niveles muy bajos o nulos, lo que incrementa los precios de las pólizas y de las cuotas de renting.