Llega un momento en la vida de un coche, en que el mecánico pronuncia las temidas palabras: "Hay que cambiar la correa de distribución". Aunque no sepamos a ciencia cierta a qué se refiere, suena a una reparación cara y, efectivamente, es uno de los mantenimientos imprescindibles y con un coste más alto. Hay que tener en cuenta que la correa de distribución es la causa del 50% de los daños en vehículos de más de cinco años de antigüedad, lo que explica que sea uno de los elementos mecánicos más importantes de cualquier coche, ya sea de gasolina o diésel.
¿Qué es la correa de distribución?
Pero, ¿qué es la correa de distribución? Esta correa transmite el movimiento del cigüeñal hacia el árbol de levas, que a su vez acciona las válvulas de admisión y escape. Un fallo en esta pieza hace que el motor pierda su sincronización provocando una reacción en cadena que puede dañar todo el sistema y causar un destrozo mucho mayor.
¿Cuándo cambiar la correa?
Aunque su vida útil varía en función del fabricante, al ser un elemento que tiende al desgaste con el fin de evitar que se rompa de forma imprevista, lo ideal es cambiar la correa al alcanzar los 80.000 y 150.000 kilómetros o cada diez años, siempre teniendo en cuenta también el periodo establecido por el fabricante. "Un mantenimiento preventivo de la correa de distribución nos permitirá alargar la vida y rendimiento de nuestro vehículo, ayudándonos a detectar averías con prontitud que nos evitarán reparaciones costosas y riesgos en la carretera", ha subrayado Confortauto Hankook Masters.
¿Cuánto cuesta?
El coste de cambiar la correa de distribución supera de media los 400 euros y, en algunos modelos, puede llegar fácilmente a 500 y 600 euros. El precio sube todavía más cuando la correa de distribución va asociada a la bomba de agua para el sistema de refrigeración.
La mano de obral, principal coste
En la factura de una sustitución de una correa de distribución, la parte más abultada del coste se la lleva la mano de obra, y ahí el precio que tiene cada taller o cada marca determina en buena parte el importe global.