La ciudad de Barcelona ha comenzado a implementar nuevas restricciones a la movilidad, que afectan a vehículos eléctricos, patinetes y motocicletas. Desde el 1 de febrero, la Guardia Urbana sancionará con 100 euros a los conductores de patinetes eléctricos que no lleven casco, mientras que las multas por circular fuera de las zonas permitidas pueden alcanzar los 500 euros. Además, el estacionamiento regulado en la vía pública deja de ser gratuito para los coches eléctricos, que ahora solo contarán con una bonificación del 50%.

Los coches eléctricos dejan de aparcar gratis

Barcelona ha decidido eliminar la gratuidad del estacionamiento para vehículos eléctricos en la vía pública. Desde este 1 de febrero, los coches con distintivo "0 Emisiones" de la DGT (color azul) solo tendrán una bonificación del 50% en las tarifas del Área Verde y Azul. Esto supone un cambio significativo en la política de movilidad sostenible, ya que hasta ahora estos vehículos podían aparcar sin coste. Desde este mes de febrero, los coches eléctricos e híbridos enchufables tienen que pagar entre 1,15 y 1,25 euros por hora en la zona azul y entre 1,40 y 1,50 euros en la zona verde, en función de si es una zona céntrica o periférica.

Según el Ayuntamiento, el objetivo de estas tarifas es "ordenar el tráfico y mejorar la calidad de vida", así como reducir la contaminación y la congestión en la ciudad. Con estas medidas, Barcelona pretende desincentivar el uso excesivo del vehículo privado y fomentar una movilidad más sostenible.

El cobro por el aparcamiento en superficie a los vehículos con etiqueta Cero distancia a Barcelona de Madrid y otras ciudades en las que se incentiva la movilidad sin emisiones con la gratuidad de las zonas reguladas, incluso sin límite de tiempo. Esta medida se suma al cobro por la recarga en los puntos de carga del Ayuntamiento de Barcelona, que dejaron de ser gratuitos en 2021.

Dos personas circulan con el patinete eléctrico Spin por una acera

Multas más duras para patinetes y bicicletas

Los usuarios de patinetes eléctricos deberán cumplir nuevas normas más restrictivas: solo podrán circular por carriles bici y calles con un límite de velocidad de 30 km/h. En caso de utilizar aceras o vías con un límite superior a 50 km/h, las multas serán de hasta 500 euros. También recibirán sanciones de esta cuantía si superan los 25 km/h permitidos, circulan con una tasa de alcoholemia superior a la legal o no llevan luces delanteras y traseras.

Para los menores de 16 años, la multa se reduce a 200 euros. En el caso de las bicicletas, la nueva ordenanza también establece sanciones de 500 euros por circular por la acera, con excepciones para menores de 12 años acompañados o menores de 14 en calles sin carril bici.

Motos aparcadas en una calle de Barcelona

Restricciones al aparcamiento de motos

Las motocicletas también están sujetas a restricciones más estrictas. A partir de ahora, estacionar en aceras de acceso a hospitales y escuelas costará 500 euros de multa, mientras que aparcar en carriles bici será sancionado con 200 euros. Si se dejan cerca de estacionamientos de bicicletas, la multa será de 100 euros y de 50 euros si se aparcan en aceras de menos de tres metros de ancho.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha justificado las medidas: "En Barcelona podemos desplazarnos en coche, moto, bicicleta o patinete eléctrico, pero es necesario respetar las normas. Cada uno debe tener su espacio, con sus derechos y obligaciones, y es imprescindible que todos y todas las cumplamos. Así disfrutaremos de una Barcelona mejor, más cívica y segura: la ciudad que queremos y merecemos".

"En Barcelona -añadió Collboni- las aceras son peatonales. Y queremos proteger especialmente a los más vulnerables: los niños, las personas mayores y las personas con discapacidad. Es responsabilidad de todos respetar esta norma, y nuestra Guardia Urbana velará por que se cumpla, si es necesario, con sanciones de hasta 500 euros". 

Impulsores de Mou-te per Barcelona

Polémica y reacciones

Las nuevas restricciones han generado controversia entre los conductores y asociaciones de movilidad. Mientras que algunos sectores consideran que las normas buscan mejorar la seguridad y reducir la contaminación, otros ven en estas medidas una penalización injusta para quienes han apostado por la movilidad eléctrica y sostenible.

Desde el sector de la automoción y las asociaciones de usuarios de vehículos eléctricos se ha criticado especialmente la retirada del aparcamiento gratuito para los coches "0 Emisiones", argumentando que esto podría frenar la adopción de este tipo de vehículos. Además, las nuevas limitaciones a motos y patinetes han sido recibidas con escepticismo, ya que algunos creen que pueden generar más congestión en el tráfico.

Con estas medidas, Barcelona continúa endureciendo su normativa de movilidad, reforzando su compromiso con la sostenibilidad, pero también generando un intenso debate sobre el impacto de estas restricciones en los usuarios.

Menos coches y más transporte público

El nuevo Plan de Movilidad Urbana (PMU) 2025-2030 de Barcelona tiene como objetivo reducir en un 25% los desplazamientos laborales en vehículo privado en los próximos cinco años. Esta medida forma parte de un enfoque integral para transformar la movilidad urbana, fomentando el uso del transporte público, la bicicleta, los vehículos de movilidad personal (VMP) y el desplazamiento a pie, con el objetivo de que estas alternativas sostenibles representen el 85% de los trayectos diarios en la ciudad.

Según el nuevo PMU, el uso del vehículo privado pasará del 19,9% al 15% del total de desplazamientos, mientras que el transporte público crecerá hasta el 37,1% y la movilidad en bicicleta y VMP aumentará del 3,8% al 5,7%. Todo ello en un contexto donde la movilidad general se prevé que crezca un 12%, alcanzando los 9,3 millones de trayectos diarios.

En respuesta al plan urbanístico de Barcelona, las patronales catalanas Foment del Treball y Pimec, junto con asociaciones del sector del automóvil y otros sectores empresariales, han optado por pasar a la acción y constituir Mou-te per Barcelona, una plataforma impulsada para defender el papel del vehículo privado en los planes de movilidad urbana de Barcelona y su área metropolitana.

Alianza empresarial

La iniciativa nace ante la preocupación por las medidas urbanísticas y de movilidad que buscan reducir el uso del vehículo privado, ya sea eléctrico o de combustión, profesional o particular. Según los integrantes de la plataforma, estas políticas están generando graves consecuencias en términos de congestión viaria, pérdida de competitividad económica y dificultades para la movilidad de profesionales y empresas.

"Las últimas reformas urbanísticas que se están llevando a cabo en Barcelona y los últimos planes de movilidad urbana y metropolitana contemplan como objetivos una reducción progresiva del uso del vehículo privado con graves consecuencias para la movilidad y la economía", indican las organizaciones empresariales.

El objetivo inmediato de la alianza empresarial es "unificar un relato a favor de la movilidad y la accesibilidad de Barcelona" con el propósito de "velar por los intereses de los sectores económicos transversales representados en el marco del Pacto por la Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona".