En la reciente crisis de suministro de microchips se puso de manifiesto el alto contenido tecnológico de los vehículos. Hasta 5.000 chips repartidos por todo el coche y el 'software' correspondiente para controlar un ecosistema cada vez más complejo de funciones de los vehículos. La llegada de los nuevos coches eléctricos, autónomos e hiperconectados conforman un terreno abonado para la irrupción en la automoción de nuevos actores, las empresas tecnológicas como Xiaomi, Huawei, Google, Apple, Foxconn, Sony, Samsung, Microsoft y una larga lista que ya tienen su propio coche, lo están desarrollando o bien ofrecen el sistema operativo de los automóviles.
En paralelo o detrás de ellas, los fabricantes de automóviles quieren ser también empresas tecnológicas para no perder relevancia y no dejar escapar el valor añadido del sector en el futuro. Renault acaba de anunciar la puesta en marcha en Madrid de un Software Hub con el que quiere profundizar en su estrategia de "dejar de ser una empresa que fabrica coches con tecnología para convertirse en un empresa tecnológica que ofrece servicios de movilidad sostenible, conectada y autónoma".
Pugna por atraer ingenieros
Es una idea que Luca de Meo, consejero delegado de Renault, tiene clara desde hace muchos años. Cuando estaba al frente de Seat convirtió el software en una de sus prioridades y puso en marcha el centro Seat:Code en el corazón de Barcelona. Paralelamente, Volkswagen contrataba a miles de ingenieros, programadores, desarrolladores y matemáticos para pergeñar la movilidad del futuro.
Renault también opta por asumir directamente el reto de desarrollar los programas informáticos clave para sus vehículos del futuro porque aportarán el valor diferenciador frente a la competencia. Para ello tiene que atraer a unos 100 ingenieros y doctores para el centro de Madrid y un total de 2.800 en todo el mundo.
En la nueva ubicación del Software Hub de Renault en Madrid, en un espacio reutilizado en Alcobendas que todavía huele a pintura, ya hay una cincuentena de empleados centrados en los sistemas de ayuda a la conducción (ADAS). "Se suele decir que los coches son 'smartphones' sobre ruedas, pero en nuestro caso el software no puede fallar ni quedarse colgado, necesitamos la máxima fiabilidad para garantizar la seguridad de un vehículo", advertía Vicente Milanés, responsable de Software de Renault.
Alianzas con empresas tecnológicas
El caso de Vicente Milanés y de Henry Bzeih, el vicepresidente de Software de Ampere (división de eléctricos de Renault), son ejemplos de la pugna por captar el talento que libran los fabricantes automovilísticos con las tecnológicas. Milanés fichó por Renault tras años dedicados a la investigación. Bzeih, tras trabajar en Ford y Kia, empuñó el timón de la nueva movilidad en el gigante Microsoft. Desde noviembre de 2023 cambió Silicon Valley por París, tal como explicó Josep Maria Recasens, director de Estrategia de Renault Group y presidente de la filial española, en la presentación del Software Hub de Madrid.
Sin embargo, el camino para que un fabricante de vehículos se transforme en una empresa tecnológica no es fácil como se ha podido ver en Volkswagen, que ha sufrido numerosos percances y retrasos en el lanzamiento de sus propias plataformas de software. Quizá por eso Luca de Meo combina la apuesta por el desarrollo de programas dentro de Renault y la búsqueda de alianzas, que incluyen a Google y Qualcomm, junto a centros de formación como la Universidad Carlos III de Madrid y la Politècnica de Catalunya.
Pero Luca de Meo sigue llamando a la puerta de nuevos aliados potenciales como las empresas chinas Xiaomi y Li Auto, con las que ha mantenido contactos en el marco del Salón del Automóvil de Pekín que se celebra estos días.