Las compañías esperan seguir aumentando sus flotas de vehículos en los tres próximos años, tal y como refleja la decimosexta edición del Arval Mobility Observatory, el estudio de la compañía francesa de renting que radiografía las tendencias en la movilidad corporativa. El incremento de las flotas vendrá de la mano de la incorporación de vehículos propulsados por nuevas tecnologías, pero también de segunda mano, principalmente para funciones como el uso compartido, -también como recurso laboral o beneficio a los empleados-. Influidas por motivos medioambientales, más del 80% de las empresas españolas y europeas cuentan o están considerando incorporar este tipo de vehículos. Sobre todo, las compañías más grandes.


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El informe, que recoge las entrevistas a 8.605 gerentes de flota de 30 países (300 de ellas, en España), refleja un notable incremento de las compañías con una flota de más de 1.000 vehículos, que pasan del 5 al 17%, un incremento que viene sobre todo de la mano de los comerciales ligeros. Se observa en España una mayor rotación de las flotas tanto de turismos como de comerciales. Mientras en Europa el plazo medio es de 5,5 años, en España es de 4,9.

Actualmente tres de cada cuatro empresas ya cuentan con flotas de turismos propulsados por nuevas tecnologías y un 12% considera implementarlas en el plazo de tres años. Un dato que pone por delante a España sobre el resto de países europeos. La tecnología favorita es la hibridación, en la que crece la intención de adquisición en 3 puntos, ahora es el 63%, mientras el 42% prevé incorporar eléctricos. Los híbridos enchufables (PHEV) caen en intención de compra para las empresas. Hablamos en todo caso de turismos, porque si lo hacemos de comerciales solo el 35% de las flotas ha implementado o va a implementar nuevas energías o tecnologías. 

Los motivos de electrificar la flota

Detrás de esta incorporación de energías alternativas están, por un lado, factores ambientales, pero también reputacionales o normativos. De aquí a tres años, las empresas prevén alcanzar el 20% de eléctricos en sus flotas, siendo un 53% de combustible, un 22% PHEV y un 5% híbridos. Las empresas ven como obstáculos para la electrificación de sus flotas la falta de puntos de recarga y las dudas sobre la autonomía y la fiabilidad.

El aspecto normativo es definitivo para las empresas que ven cómo la Ley de Movilidad sostenible actualmente en el Congreso obliga a las compañías a poner en marcha planes de movilidad para los empleados, prioridad para el 90% de las compañías. Es precisamente la implantación de tecnologías de combustible alternativas el principal reto de las flotas para los próximos tres años, al igual que la adaptación a políticas restrictivas sobre gasolina y diésel. 

Omar Sánchez, responsable del estudio, destaca si bien la electrificación es un hecho, no todos los vehículos de una flota son electrificables. Un vehículo que recorre 40.000 kilómetros al año no lo es, a pesar de que el TCO es cada vez más favorable. Por eso se ofrece un servicio de consultoría sobre la electrificación de sus flotas 

Un 9% volvería a la combustión 

Esta edición el Arval Mobility Observatory ha incluido un estudio sobre la experiencia de los usuarios de coches eléctricos e híbridos enchufables, reflejando que si bien la satisfacción es elevada entre estos, lo cierto es que un 9% se pasarían a un coche de combustión, mientras que el 14% de los que conducen un BEV se pasaría a un PHEV y. Dentro de los usuarios de PHEV, mientras el 36% repetiría con esta tecnología el 40% optaría por un eléctrico. 

La mayoría de los usuarios (84%) carga el vehículo en su casa o su garaje particular, mientras que solo un 26% lo hace en sitios públicos y solo un 11% en el trabajo. De hecho, al 78% de los propietarios de un PHEV se le ofreció el punto de recarga en el momento de la compra, mientras que en el caso de los eléctricos fue al 69%.