El mundo despide al Papa Francisco, una figura clave del siglo XXI cuya influencia ha trascendido el ámbito religioso para dejar huella en temas como la justicia social, la inclusión y, de forma muy significativa, la sostenibilidad. Su papado no solo transformó la Iglesia desde dentro, también lo hizo desde gestos visibles y simbólicos. Uno de los más elocuentes fue su revolución silenciosa sobre ruedas: la modernización ecológica de los Papamóvil.
Un Papamóvil eléctrico para una era nueva
Uno de sus últimos gestos en vida fue recibir, como regalo anticipado de Navidad en diciembre de 2024, un nuevo Papamóvil 100% eléctrico, construido sobre el Mercedes-Benz Clase G EV. Este vehículo no solo representa un avance tecnológico, sino una declaración de intenciones: el compromiso del Vaticano con el medioambiente, plasmado incluso en la forma en que el Pontífice se desplazaba entre los fieles.
Adaptado a sus necesidades de movilidad —Francisco utilizaba silla de ruedas en sus últimos años—, el vehículo fue diseñado con una puerta trasera especial y un asiento giratorio y regulable en altura. Pintado en el clásico blanco perla y con el escudo del Vaticano, este Mercedes combinó tradición y vanguardia como pocos vehículos en la historia del papado.
El Mercedes eléctrico del Papa Francisco
Una historia de Papamóviles
Desde el primer Mercedes Nürburg 460 entregado a Pío XI en 1930, los Papamóvil han evolucionado al ritmo de los tiempos. Juan Pablo II fue el primero en usarlos de forma habitual en los años 80, y desde entonces se convirtieron en un símbolo visible del papado moderno. Pero fue Francisco quien rompió moldes.
Durante su pontificado, renunció al lujo innecesario y pidió una flota de vehículos más humilde y respetuosa con el medioambiente. Además del Mercedes eléctrico, sumó a su garaje vehículos como el Toyota Mirai de hidrógeno o el BMW i3 eléctrico, donados por las respectivas compañías en reconocimiento a su liderazgo moral en cuestiones ecológicas.
En una época marcada por la emergencia climática, Francisco hizo de su movilidad una forma más de predicar con el ejemplo, en línea con su histórica encíclica Laudato si’, donde instó a cuidar la "casa común" del planeta.
Lamborghini del Papa
De superdeportivos a modestos compactos
Francisco también dio ejemplo de humildad con los cohes de su parque móvil. En 2017, aprovechó un Lamborghini Huracán que le regaló la marca italiana, ordenando su subasta para donar los fondos a proyectos humanitarios en Irak. El coche fue vendido por más de 800.000 euros y pasó a manos privadas, pero su historia sigue ligada a su compromiso con los más desfavorecidos.
Aunque el día antes de su fallecimiento dio un breve paseo por la plaza de San Pedro en el Papamóvil clásico de Mercedes, unos días antes fue a la habitual visita a una cárcel por Semana Santra a bordo de un modesto Fiat 500 L. Poco después de ser investido como máximo representante de la Iglesia católica, Francisco también se subió a dos modelos habituales en la clase media.
Unos días después de que el Papa Francisco pidiera a sus sacerdotes, monjas, obispos y madres superioras que cambiaran sus coches "de último modelo" por otros más modestos, el pontífice dio ejemplo de lo que quería hacer y el Papamóvil encogió. Cambió el Mercedes por un modesto Fiat Idea fabricado en Brasil que transporta a miles de familias y, unos días antes, por un Ford Focus viejo.